Desde Bergson hasta Wittgenstein las consideraciones sobre lo cinético han tenido consecuencias determinantes para fundar una nueva concepción del mundo. Bueno, Heráclito ya: "En unos mismos ríos entramos y no entramos, estamos y no estamos". El pensamiento en movimiento es tomado de forma literal por Deleuze que en sus Estudios sobre cine declara a los autores cinematográficos como filósofos mayores de nuestro tiempo.

Pero no se trata ahora de tomar el cine como filosofía, ni tan siquiera como fuente principal de "ejemplos" como Eugenio Trías o Slavoj Zizeck hacen con el cine de Hitchcock. Se trata de acercarnos desde el medio audiovisual a algunos pensamientos que por su radicalidad han encontrado en el movimiento de las imágenes un medio adecuado de divulgación. Podríamos decir que, óptimamente, la película ha sustituido al libro para comunicar un determinado número de cosas.

Desde luego un debate - La naturaleza humana: ¿Justicia o poder? -, como el que mantuvieron Noam Chomsky y Michel Foucault tiene en el formato televisivo la premisa necesaria para que no acabara siendo un encontronazo. La jornada televisiva, que modera Fons Elders, emitida por la Televisión Holandesa en 1971, presenta dos sendas del pensamiento radical, y políticamente radicalizado, dos caminos que se bifurcan. En este timing están además los gestos, el conjunto de actitudes que subrayan las diferencias entre los discursos, entre las palabras. El semblante irónico de Chomsky, la agudeza de la lengua de Foucault.

Si se habla de Jacques Derrida en imágenes se acude inmediatamente al montaje y el desmontaje, técnicas cinematográficas que parecen una buena aproximación a eso que se llama en filosofía la deconstrucción. Está, desde luego, la conseguida caricatura de Woody Allen en Deconstructing Harry. Lo que Kirby Dick y Amy Ziering Kofman hacen con Derrida, presentada en nuestro país en la Semici de Valladolid 2002, en 2003 en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y en el Festival Internacional de Cine de Mujeres de Barcelona, es asimilar algunas de las técnicas de narración cinematográficas del documental con las herramientas que nos facilita, desde su arsenal especulativo, la Deconstrucción, así con mayúsculas, paradójicamente, como la Academia de Filosofía que es.

Cuando N de Negri fue presentada en el Macba de Barcelona comprendimos el valor enciclopédico de esta producción de Carles Guerra. Desgranado en imágenes, cada fragmento del documento, presentado como Conversacions amb Toni Negri a cura de Carles Guerra suponía una acertada lección anatómica del filósofo político Negri y un magnífico tesauro con el que diseccionar toda una época del pensamiento que siguió a las revoluciones de finales de los sesenta. Más allá del valor didáctico del documental, lo que lo convierte en una fabulosa herramienta del pensar es su función como hipertexto; insértese en el cd-rom de la Historia Universal de la Filosofía y déjese hacer a sus enlaces y mecanismos.

El pensamiento en movimiento visto desde la propia televisión, la sala de cine, la filmoteca, la vídeo consola, la galería de arte, el aula universitaria, la biblioteca, el museo, la web, etc., o lo que es mejor, el pensamiento circulando entre espacios, moviéndose entre tiempos.