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Mesa de presentaciones y debate 'La información como objeto de lucha'. Pepe Miralles, Leonardo Fernández, Xose Quiroga, OOOPART (Carmen Torrecillas y Elena Rivas) |
La mesa redonda La información como objeto de lucha contó con la presencia de Pepe Miralles (artista visual cuyas obras abordan la perspectiva social del VIH/sida y la sexualidad en los espacios público), Leonardo Fernández (responsable del Centro de Documentación y Archivo del Movimiento de Mums - Chile), Xose Quiroga (miembro de Antigona Nexo Informativo, un colectivo que trabaja en la generación de espacios de tensión donde se exploran las concepciones de raza, clase, nacionalidad y género) y Carmen Torrecillas y Elena Rivas (dos de las tres integrantes de OOOPART, "estudio experimental" que, trabajando con tecnologías emergentes -visualización de datos, diseño paramétrico...-, intenta producir "artefactos reactivos que permiten a sus usuarios comprender sus paisajes de habitación y relación").
Miralles explicó que estos proyectos los suele agrupar en tres grandes bloques o nodos temáticos: "Preguntas sin respuestas", "De lo personal a la acción colectiva" y "La vinculación como táctica". Los trabajos de los que habló en el seminario Agenciamientos contra-neoliberales: coaliciones micro-políticas desde el sida estarían englobados en los dos primeros.
Preguntas sin respuestas Dinero=poder=muerte fue una instalación que hizo en 1993 en la antigua lonja de contratación de la localidad alicantina de Benissa y que, según Miralles, supone el primer trabajo en el que se sitúa dentro de un nosotros. Tomando como punto de partida la noticia, ampliamente difundida por los medios de comunicación de la época, de que el medicamento AZT no retrasaba la aparición del virus en los seropositivos (una información que fue devastadora tanto para la empresa que comercializaba este fármaco -en un solo día perdió más de 50.000 millones de las antiguas pesetas- como para los miles de enfermos que lo estaban tomando), en este proyecto Pepe Miralles evidenciaba cómo en una sociedad dominada por la lógica mercantil, el interés comercial, incluso en una cuestión tan delicada como la prevención y el tratamiento del sida, se antepone al interés de los ciudadanos.
Silencio General es una intervención que Pepe Miralles decidió emprender tras constatar que en ninguno de los programas de los principales partidos políticos que concurrían a las elecciones generales de 1993 se habían incluido propuestas concretas en torno a la problemática del VIH/sida ("probablemente porque pensaban que eso no les serviría para recabar votos"). El proyecto tuvo tres ejes o materializaciones fundamentales: un reparto de octavillas en los casilleros del profesorado de la Universidad Politécnica de Valencia, una pegada de carteles en el casco histórico de esta ciudad (que en esa época estaban empezando a experimentar un primer proceso de gentrificación) y la "intervención" de un cartel electoral que había en una valla publicitaria de la carretera nacional que une Valencia con Barcelona. Este proyecto tuvo una especie de extensión o derivación tres años después cuando, con motivo de la celebración de una nueva cita electoral, Miralles promovió una campaña de envío masivo de faxes a los partidos políticos para preguntarles por qué seguían sin hablar del VIH/sida en sus programas2. A Pepe Miralles le interesa tanto salir de la lógica de la exposición como presentar su obra en espacios artísticos no legitimados (es decir, en espacios que están fuera de los circuitos consagrados por el mundo del arte contemporáneo). Ambas cosas se cumplen en su proyecto ¿A dónde vamos?, una acción que hizo en el marco (o como complemento / extensión) de una muestra que llevó a cabo en agosto de 1994 en la Sala de Cultura de su pueblo natal, Jávea (Alicante), y que consistió en insertar en el boletín municipal que publica el ayuntamiento de esta localidad un texto a modo de separata en el que, entre otras cosas, se señalaba que aún existía un 23% de españoles que consideraba que a las personas con VIH había que recluirlas en centros especializados o un 19% que pensaban que el sida era una enfermedad que solo afectaba a grupos sociales concretos. Algunos de estos datos, mezclados con una interpelación directa ("si abiertamente os comunicara mi estado de salud ¿cuántos de vosotros haríais un acto de compasión para después construir un muro a mi alrededor"), también aparecían en un cartel que diseñó para una exposición colectiva que se celebró pocos meses después en el Palacio de Fonseca de la Universidad de Santiago de Compostela. Cartel del que se llegaron a editar en torno a mil ejemplares que, con la colaboración de la Asociación Ciudadana de Lucha Contra el Sida de Santiago de Compostela, se colocaron en distintos puntos de la ciudad.
De lo personal a la acción colectiva Secreto y pudor es una fotografía tomada poco después de su muerte en la que vemos el edificio en el que vivía con todas las luces apagadas menos una: la de su casa. "Cuando Juan Guillermo falleció", recordó Miralles, "fuimos algunos de sus amigos más cercanos quienes nos encargamos de recoger sus cosas y devolverles las llaves al casero, pues su familia, probablemente atenazada por el miedo y la vergüenza, se desatendió casi por completo de él. Y en ese proceso de mudanza, una noche se nos ocurrió hacer esta fotografía que, en realidad, casi veinte años después, todavía no sé muy bien qué es lo que significa".
Vago es la filmación en vídeo de una acción performativa en la que Pepe Miralles recrea una serie de acciones cotidianas -levantarse, comer, lavarse, cagar, mear y tumbarse- que Juan Guillermo realizaba con gran dificultad en las semanas previas a su muerte. Miralles explicó que la imagen está intencionadamente ralentizada hasta el punto de que resulta muy arduo, casi imposible, poder ver el vídeo completo. Por un lado, esa dificultad/imposibilidad refleja cómo cambia radicalmente nuestra manera de afrontar los actos más cotidianos cuando estamos en una situación terminal. Por otro lado, le sirve para hacer una reflexión de índole a la vez filosófica y metalingüística: "la imposibilidad/dificultad de visualización de estas imágenes en los dispositivos exhibitivos habituales", señaló, "remite a la imposibilidad/dificultad de 'ver' la vida de una persona al final de la misma (una imposibilidad/dificultad que solo se puede superar haciendo un gran esfuerzo, tanto desde un punto de vista mental como temporal)". La denuncia es un proyecto que Pepe Miralles llevó a cabo tras una experiencia hospitalaria extremadamente dura que vivió Juan Guillermo a quien, durante un ingreso, el personal sanitario del Hospital General de Valencia trató de forma "totalmente improcedente" (como en aquella época hicieron, ya fuera por miedo o por prejuicios ideológicos, muchos trabajadores de hospitales con los enfermos de VIH/sida). A partir de una conversación que tuvo con él, Miralles elaboró una especie de carta-denuncia donde criticaba el estado de abandono en el que se encontraba su amigo ("apenas le limpiaban la habitación y, a menudo, los restos de comida solo lo recogían cuando el olor era ya insoportable") y el trato hostil -o, en el mejor de los casos, frío e indiferente- que recibió del personal del hospital ("un trato que también sufríamos quienes le visitábamos").
Ya en la fase final de su charla, Pepe Miralles habló de dos instalaciones que, aunque no están directamente vinculadas a la figura de Juan Guillermo, también podrían encuadrarse dentro del bloque "De lo personal a lo colectivo": La impotencia, en la que reflexiona sobre la inutilidad y dureza de ciertos tratamientos que se estaban aplicando a los enfermos de sida; y Mantener, sostener, sustentar, donde denuncia que la industria farmacéutica ha centrado todos sus esfuerzos en la cronificación de la enfermedad, sin destinar apenas fondos a investigar la producción de una vacuna preventiva y/o terapéutica. A su vez, Miralles mencionó una intervención que hizo con el Colectivo Local Neutral (un colectivo que montó junto a María Jesús Talavera tras unos talleres que organizó el Comité Ciudadano Anti-SIDA de la Comunidad Valenciana) y que consistió en la creación de cuatro carteles en los que se subrayaba la importancia de tomar precauciones a la hora de mantener relaciones sexuales para evitar el contagio del sida. "En uno de esos carteles", recordó, "aparecía una fotografía de una penetración heterosexual sin preservativo. Y eso generó mucho rechazo. De hecho, la mayoría de los carteles que incluían esta imagen desaparecieron poco después de ser colgados. (...) En este sentido, creo que es fundamental pensar muy bien qué tipo de imágenes y mensajes se utilizan cuando se ponen en marcha campañas destinadas a la prevención. Porque a veces, ser demasiado explícito puede resultar contraproducente.
"Sin duda", señaló Fernández, "este archivo tiene un gran valor desde un punto de vista puramente patrimonial, casi como fetiche, dada la enorme cantidad de materiales de muy diversa índole (revistas, carteles, folletos, affiches, informes...) y procedencia que alberga. Pero su gran valor radica en que nos ha servido (nos está sirviendo) para entender y explicar muchos de los conflictos y contradicciones que ha tenido que afrontar el MUMS en su devenir, ayudándonos a reorientar y complejizar nuestro discurso político". "Por ejemplo", añadió, "la relectura desde el presente de ciertos documentos del archivo3, no está posibilitando analizar por qué han sido históricamente tan conflictiva nuestra relación con las mujeres o por qué en un principio se marginó -o, en todo caso, se relegó a un segundo plano- a los 'travestis' y 'locas' dentro de la organización". Hay que tener en cuenta que gracias a estos documentos podemos comprender que la escasa atención que durante muchos años el MUMS ha prestado a las mujeres deriva, en gran medida, de que esta organización chilena surgió como una herramienta política para luchar por la dignificación de los homosexuales masculinos en un contexto, principios de la década de los noventa, en el que este colectivo estaba siendo especialmente azotado por la pandemia del sida y, además, sufría un intenso proceso de estigmatización y criminalización (incluso existía una ley que, de forma explícita, penalizaba las relaciones sexuales entre varones, mientras que de las relaciones sexuales entre mujeres, probablemente por ser mucho más invisibles, no decía nada). Esa búsqueda de dignificación y normalización también originó la invisibilización de los travestis dentro del movimiento, al asumirse que para que el colectivo homosexual pudiese progresar socialmente debía definir claramente su identidad y tener una imagen respetable. O dicho con otras palabras, había que intentar establecer una interlocución directa con el poder que permitiera mejorar la situación de los homosexuales, y se presuponía -y, lo que es más grave, se aceptaba- que si se quería que esa interlocución surtiera efecto, "no se podía dejar en manos de una loca o un travesti". Al ayudarles a construir un relato sobre su propia trayectoria y evolución discursiva, el archivo también les ha permitido tomar conciencia de la cooptación de los saberes generados por los movimientos sociales que se lleva a cabo desde el mundo académico. Y, a partir de dicha concienciación, empezar a intentar combatir ese proceso de transferencia de conocimientos del que -"y éste es el principal problema", recalcó Leonardo Fernández- luego no hay una devolución. En este sentido, Fernández considera que la carencia de una interpretación histórica y de un corpus teórico propio sobre el devenir de los movimientos sociales es lo que ha propiciado que, al menos en Chile, las nuevas generaciones de activistas vivan "en una especie de presente continuo", como si sus luchas hubieran surgido de la nada. A su juicio, el trabajo archivístico permite re-establecer la conexión entre el pasado y el presente de las luchas, algo que es fundamental para afinar la lectura de las problemáticas que se abordan y dotar a nuestros discursos de una mayor consistencia teórica. La operación de reconstrucción genealógica de la historia de la organización que han podido realizar gracias al archivo también ha sido fundamental para que el MUMS, en palabras de Fernández, "pueda descentrarse", permitiéndoles, por un lado, desmontar la lógica binaria en la que durante muchos años se sustentaron sus propuestas y, por otro lado, ampliar el espectro de los colectivos con los que establecer procesos de alianzas. "Con los años", explicó, "hemos ido comprendiendo que la opresión que sufren los homosexuales no es muy diferente a la que sufren otros grupos sociales, como las mujeres, las comunidades indígenas o los inmigrantes". En realidad, el archivo nos muestra que esta idea ya estaba presente en los inicios del movimiento, cuando llegaron a redactarse documentos en los que se planteaba que el objetivo del MUMS era generar una transformación real e integral de la sociedad y que para llevar a cabo dicha transformación había que abolir las categorías sexuales identitarias que solo sirven para consolidar el poder patriarcal. Pero, como ya hemos comentado, durante la década de los noventa y buena parte de los años 2000, la organización decidió priorizar la lucha por la dignificación y normalización de los homosexuales sobre todo lo demás. "Afortunadamente", señaló Leonardo Fernández, "nos fuimos dando cuenta de que la búsqueda de la normalización y de la obtención de ciertos derechos como el matrimonio entre personas del mismo sexo no debía ser el camino a seguir, porque eso lo único que propiciaba era que determinados sectores del colectivo homosexual mejoraran su estatus social, no una verdadera transformación de la sociedad, manteniendo -e incluso reforzando- otras exclusiones y opresiones". De algún modo, se podría decir que el MUMS ha pasado de ser una organización centrada casi exclusivamente en la lucha por los derechos específicos de los gays a convertirse, retomando, en gran medida, el objetivo con el que se fundó a principios de los años noventa, en un movimiento que apuesta decididamente por construir una sociedad "política, cultural y sexualmente diversa", y que intenta establecer alianzas estratégicas con organizaciones de distinta índole (desde centrales sindicales o grupos feministas y ecologistas hasta asociaciones estudiantiles o colectivos en defensa de los derechos de las comunidades indígenas). Tras intensos procesos de debate e investigación (recogidos y/o propiciados por el archivo), han terminado asumiendo que toda identidad sexual es una construcción cultural y que es necesario abordar las problemáticas a las que se enfrentan desde una óptica transversal, siendo conscientes de que existen muchas y muy variadas formas de discriminación y de que éstas, a menudo, se interrelacionan entre sí. A modo de resumen-conclusión, en el último tramo de su charla Leonardo Fernández insistió en el "valor político" del archivo del MUMS que de unos años a esta parte ha jugado un papel crucial en la redefinición de los objetivos y estrategias de esta organización, contribuyendo además a que el movimiento por la diversidad sexual de Chile preserve y ponga en valor su memoria (los saberes que ha ido acumulando y generando) y empiece a construir un imaginario propio ("es decir, no mediado por la mirada de la academia") en torno a su historia y su presente. Fernández también quiso subrayar que, al menos de momento, no tienen intención de convertir su centro de documentación en un espacio de consulta abierto al público, ni de digitalizar y colgar en Internet los materiales que alberga para que, quien quiera, pueda acceder a ellos. "Nosotros no tenemos, ni queremos tener, una biblioteca pública", explicó. "Este archivo es una herramienta de la que se ha dotado el MUMS para avanzar en su proyecto político. Y eso, y solo eso, es lo que queremos que siga siendo".
Según Xose Quiroga, a diferencia de lo que todavía ocurre ("aunque, probablemente, no por mucho tiempo") en España y en los países de la Unión Europea, la estancia de los inmigrantes sin papeles en los centros de internamiento de EE.UU. se puede prolongar de manera indefinida. Hay que tener en cuenta que la legislación norteamericana considera la inmigración irregular no como una falta administrativa sino como un delito, por lo que a menudo estas personas se ven envueltas en farragosos procesos penales que les llevan a permanecer "recluidas" en estos centros de internamiento durante varios años. Algunos datos significativos en relación a las deportaciones. Estados Unidos deporta alrededor de 400.000 personas al año, la mayoría de ellas a través de vuelos regulares, aunque también utiliza aviones de la compañía CSI Aviation Services para llevar a cabo deportaciones masivas, sobre todo con destino a México. Es, además, el único país que especifica detalladamente la nacionalidad de las personas que expulsa ("España, por ejemplo, solo da la cifra global"), indicando también cuántas de las mismas han cometido delitos penales. Por otro lado, hasta hace apenas cinco años permitía que los agentes encargados de custodiar a las personas deportadas pudiesen sedarlas antes de que éstas subieran al avión (que suele ser el momento más crítico en los procesos de expulsión). En Europa, en cambio, la información sobre las deportaciones es mucho menos transparente. Como ya hemos apuntado, no se suele especificar la nacionalidad de las personas expulsadas y, por ejemplo, no hay datos oficiales sobre el número de inmigrantes que han fallecido intentando atravesar las fronteras europeas. Los únicos datos disponibles en este sentido son los que ofrecen organizaciones no gubernamentales como la holandesa United for Intercultural Action que, utilizando básicamente información aparecida en prensa, ha calculado que entre 1993 y 2012 más de 17.000 personas murieron tratando de llegar a Europa. A juicio de Quiroga deberíamos ver a estos inmigrantes igual que vemos a los "desaparecidos" de las dictaduras latinoamericanas, esto es, como "víctimas políticas" de un régimen cruel -el capitalismo global- que primero les empuja a arriesgar -y perder- su vida y, después, les condena al olvido. Xose Quiroga señaló que en los últimos años hemos asistido a lo que podríamos describir como una paulatina "externalización" de las fronteras europeas, pues éstas se han ido alejando cada vez más del corazón del "viejo continente"; primero por la incorporación a la UE de países periféricos como Grecia o España, y después gracias a la aprobación de una serie de acuerdos bilaterales con países del Magreb y del norte del África subsahariana para que éstos ejerzan ya un primer filtro sobre los flujos migratorios. En este contexto, no sorprende que incluso muchos de los programas de cooperación internacional que han puesto en marcha los países miembros de la UE hayan terminado destinando una gran parte de sus presupuestos a la lucha contra la inmigración. La gestión de las políticas y de los dispositivos para el control migratorio en Europa sigue siendo, en su mayor parte, de ámbito estatal. Pero tras la "Directiva del retorno" que la UE aprobó en el año 2008 (calificada por muchas organizaciones como la "directiva de la vergüenza") eso ha empezado a cambiar. "Hay que tener en cuenta que esta directiva", explicó Qurioga, "reforzó y amplió las funciones del Frontex, la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores de los Estados miembros de la Unión. Un organismo que, entre otras cosas, coordina a todas las policías de frontera de los países europeos y organiza los vuelos de deportación masiva que, contraviniendo múltiples convenciones internacionales (incluso la propia Carta Fundacional de la UE), se están fletando desde Europa (vuelos que para completar su pasaje, a menudo hacen escalas en distintos países, lo que supone una incomodidad añadida para las personas que están siendo deportadas). Por lo general, sobre todo en relación a las cuestiones de seguridad y vigilancia, en Europa (aún) no se han privatizado las tareas vinculadas con la gestión y el control de la inmigración. Los centros de internamiento para inmigrantes sin papeles (donde en los últimos diez años, no lo olvidemos, han muerto más de 130 personas) siguen siendo, en la mayor parte de los casos, de titularidad pública. En España son policías nacionales quienes se encargan de su gestión interna y, según Quiroga, "para la mayor parte de ellos representa un 'destino de castigo', pues tienen que ejercer de 'carceleros', un trabajo que no les gusta y, lo que es bastante más grave, para el que no han sido formados (de modo que el trato que dispensan a los inmigrantes suele dejar mucho que desear)". A raíz de la muerte en circunstancias no aclaradas de varios inmigrantes (Samba Martine, Idrissa Diallo...), el gobierno español se comprometió a elaborar un reglamento específico para la gestión y el funcionamiento de estos centros de internamiento. Un reglamento que aún está pendiente de ser aprobado y que, en opinión de Xose Quiroga, si bien incluye algunas pequeñas y leves mejoras ("por ejemplo, los abogados podrán trabajar dentro de ellos con menos restricciones"), básicamente lo que supone es que deja la puerta abierta a la gestión privada tanto de sus tareas organizativas y de logística ("que podrán delegarse a ONGs afines") como de seguridad y vigilancia ("de las que podrán encargarse empresas de seguridad privadas, con todo lo que eso conlleva5"). Quiroga denunció que aunque la legislación española plantea que el internamiento de los inmigrantes debe ser una medida excepcional -entre otras cosas porque carecer de papeles no se considera delito sino falta administrativa (como lo es, por ejemplo, aparcar mal)-, de unos años a esta parte se está aplicando casi como una norma. "Y eso es algo que no deberíamos permitir", subrayó (...). "En realidad", añadió, "lo que Antigonia Nexo Informativo -y, en general, la mayor parte de las organizaciones que trabajan en el ámbito de la inmigración- considera que habría que hacer es exigir el cierre total e inmediato de los centros de internamiento, porque bajo nuestro punto de vista la existencia de los mismos es legal y, sobre todo, moralmente injustificable... No se puede -o no se debería poder- privar de libertad a personas que no han cometido ningún delito". En la fase final de su intervención, Xose Quiroga señaló que, ya sea por acción o por omisión, la manera de abordar el fenómeno de la inmigración en Europa está siendo "genocida". En este sentido, Quiroga recordó que en los últimos años los Estados miembros de la UE, en colaboración directa con grandes corporaciones transnacionales y empresas privadas del continente, han erigido un enorme, complejo y costoso dispositivo de persecución y represión de la inmigración que ha generado (que está generando) decenas de miles de muertes. Un dispositivo que permite capturar, identificar, retener y devolver a su país al migrante sin recursos pero que, paradójicamente, se desactiva cuando éste muere, quizás porque en ese momento ya deja de ser concebido como un problema que, parafraseando a José María Aznar, presidente del Gobierno de España desde 1996 hasta 2004, había que solucionar.
Con la intención de ilustrar cómo han ido evolucionando y (re)configurándose sus reflexiones teóricas y propuestas metodológicas, Torrecillas y Rivas hablaron de una serie de trabajos que han marcado su corta pero intensa trayectoria, finalizando su intervención con la presentación de Unfolded Skin, un proyecto aún en proceso de desarrollo que supone la primera aproximación de Ooopart al cuerpo (que ellas conciben como un "paisaje complejo", como un "territorio estratificado que está atravesado por capas de naturaleza muy distinta").
En primer lugar hablaron de los dos proyectos que han realizado con el estudio de iluminación londinense Creatmosphere y que tuvieron al río Red Deer (Alberta, Canadá) como objeto de estudio. Para el primero de estos proyectos elaboraron una serie de diagramas y cartografías en los que fueron superponiendo distintas capas de información sobre este río (características geográficas y topográficas, datos sobre su caudal, temperatura y niveles de toxicidad...) que, en muchos casos, eran poco conocidas por las comunidades que había en el territorio por el que discurría. Este proyecto incluyó una "instalación paisajística" en la que, en palabras de Carmen Torrecillas, intentaron "traducir a patrones de luz, color y movimiento la información recopilada con la idea de que esta se convirtiera en una experiencia física para los usuarios". El segundo de estos proyectos se centró en la dimensión socio-cultural y económica del río Red Deer, investigando, por ejemplo, su uso histórico como vía de transporte para la industria maderera o las relaciones que mantuvieron con el mismo las primeras comunidades indígenas que habitaron la zona. El problema fue que cuando, tras varios meses de trabajo, ya estaban preparando in situ la instalación que materializaría las investigaciones que habían llevado a cabo (instalación en la que, de nuevo, jugaba un papel fundamental la interactividad que ellas conciben como un medio para vincular a los espectadores con la información que se le transmite), el río se desbordó, inundando todos y cada uno de los puntos donde pensaban intervenir. Un incidente que, de algún modo, lo que evidenció fue que sus proyectos no pueden desligarse de los entornos en los que se inscriben y despliegan y, que, por tanto, tienen siempre un cierto componente de imprevisibilidad. Otros dos trabajos de los que hablaron fueron sus contribuciones a sendos proyectos colectivos que se desarrollaron en Andalucía entre 2007 y 2010 (es decir, coincidiendo con los primeros años de actividad de Ooopart): AulaGarden, que se articuló en torno a la creación y gestión colaborativa de un jardín en la Facultad de Bellas Artes de Granada; y REU08, una plataforma impulsada por el programa UNIA arteypensamiento en la que confluyeron y colaboraron agentes provenientes de distintas prácticas artísticas, políticas y de producción cultural que tenían como común denominador su empeño por experimentar con nuevos modelos culturales.
Elena Rivas explicó que AulaGarden se puede describir como un proyecto en el que, partiendo del uso de diferentes metodologías participativas y de un trabajo crítico con nociones y prácticas de sostenibilidad urbana, se exploró la potencialidad de la creación de comunidades de producción y aprendizaje autogestionadas. Según Rivas, la aportación de Ooopart a este proyecto fue utilizar las herramientas que ofrece la tecnología de la visualización de datos para elaborar un "mapa narrativo" que, combinando gráficos de simulaciones energética con imágenes extraídas de códices y libros de botánica antiguos, recogía y representaba tanto información puramente técnica sobre el jardín (las especies que iba a contener, datos climáticos del lugar en el que se encontraba...) como información sobre los diferentes agentes que se habían involucrado en la construcción y gestión del mismo y sobre los eventos y procesos que esa construcción y gestión estaba propiciando. Para el proyecto REU08, Ooopart diseñó y elaboró una singular propuesta cartográfica en la que se intentaba representar las líneas de fuerza, interrelaciones, conflictividades y resistencias del tejido creativo andaluz en los años 2008 y 20096, partiendo de los resultados de las investigaciones territoriales específicas en torno a este tema que habían realizado dos de los colectivos implicados en el proyecto: Creadores Invisibles de Córdoba y la Casa Invisible de Málaga. En este trabajo fue fundamental la materialización "física" de la propuesta cartográfica: un artefacto portátil compuesto por una serie de mapas fabricados con materiales de diversa índole (cada uno de los cuales se centraba en una de las variables -los agentes, las infraestructuras, las relaciones económicas...- que se abordaba en la investigación) que, al estar anclados en una estructura de raíles, podían ordenarse y superponerse de diferentes maneras, lo que posibilitaba múltiples lecturas transversales de los datos recopilados. Carmen Torrecillas y Elena Rivas finalizaron su charla hablando de Unfolded Skin, un proyecto que al explorar nuevas formas de pensar y representar el cuerpo (y la relación que este establece con los espacios -físicos y digitales- que lo circundan), quizás sea el trabajo de Ooopart que conecta de manera más clara con otras prácticas artísticas y activistas presentadas en el marco de este seminario. Elena Rivas aseguró que decidieron poner en marcha este proyecto -donde convergen "arte, filosofía, medicina y tecnología"- cuando un amigo médico especializado en dermatología y venereología les pidió que le ayudaran a representar visualmente un estudio que acababa de realizar en el que se analizaba la relación entre psoriasis y disfunción sexual y cómo la visibilidad, o no, de una patología influye en la calidad de vida de quienes la padecen. "Fue así", subrayó Rivas, "como desde lo territorial llegamos a lo corporal que para nosotras constituye un campo de investigación fascinante en el que nos gustaría continuar profundizando". En Unfolded Skin, Ooopart ha seguido misma estrategia metodológica que en sus trabajos en la escala territorial/paisajística: la búsqueda de una deconstrucción y reconstrucción crítica del objeto estudiado, en este caso el cuerpo contemporáneo, para intentar hacer visibles las múltiples capas que lo conforman, los flujos de muy diversa índole que lo recorren. Utilizando de nuevo las herramientas de la fabricación digital, el diseño paramétrico y la visualización de datos, con la puesta en marcha de este proyecto lo que pretenden es contribuir a desmontar la visión rígida, reduccionista y estandarizada del cuerpo que promueve tanto el discurso mediático como el científico7.
Su acercamiento a lo corporal lo hacen a través de la piel que, al funcionar como un espacio de intersección entre lo interior y lo exterior (entre lo orgánico y lo ambiental, entre lo personal y lo social...), como una suerte de "interfaz física en la que se inscriben y fijan experiencias e historias, sensaciones, olores y afectos", les sirve como punto de partida para diseñar y desplegar su propuesta de representación cartográfica del cuerpo contemporáneo. Una representación abierta, multidimensional y expandida que, en su concreción (que es, a la vez, apertura), contiene potencialmente todos los "cuerpos posibles", evidenciando la necesidad de concebir estos como "territorios complejos y estratificados, cambiantes y vulnerables" que, a partir de su contacto con otros cuerpos y de su interacción con los entornos en los que se insertan, se van transformando y reconfigurando. En la conclusión de su charla, Torrecillas y Rivas quisieron subrayar que para llevar a cabo este proyecto -un proyecto que tiene una inequívoca vocación transdisciplinar, procesual e instrumental, y cuya primera materialización se ha presentado en la exposición Múltiplo de 100. Archivo feminismos post-identitarios que se inauguró el pasado 15 de mayo en el Centro de las Artes de Sevilla- consideran fundamental entrar en contacto con discursos y agentes que, desde diferentes perspectivas, están cuestionando la visión/construcción normativa de la corporalidad; y que, por ello, su participación en el seminario-encuentro Agenciamientos contra-neoliberales: coaliciones micro-políticas desde el sida les había resultado sumamente provechosa.
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