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Maria Golia: Ver, comprar y creer: Las fuerzas detrás del primer desarrollo de la fotografía en Egipto

Maria Golia en el seminario 'Arab Modern. Modernidad Excéntricas. Escrituras de la historia del arte moderno en el mundo árabe' Egipto ha jugado un papel clave en la historia de la fotografía desde que ésta empezó a dar sus primeros pasos a mediados del siglo XIX. Maria Golia mostró una litografía del Palacio de Mohammed Ali en la ciudad de Alejandría que data de 1839, es decir, del mismo año en el que se presentó oficialmente el daguerrotipo, considerado como el "primer procedimiento fotográfico propiamente dicho". Esta presentación se realizó en la Academia de las Ciencias de París y tras asistir a la misma, François Arago, secretario general de esta institución y director de su Observatorio Astronómico, ya habló de la gran contribución que podía hacer este inventó a la investigación arqueológica y, más específicamente, al estudio de las antigüedades egipcias. En el inicio de su intervención en el seminario Arab Modern, Golia leyó un texto de Arago en el que el astrónomo francés se lamenta de que los artistas y científicos que habían participado en la llamada "Campaña de Egipto y Siria" (una expedición militar que llevó a cabo el ejército de Napoleón Bonaparte entre 1798 y 1801 acompañado de un contingente de más de un centenar y medio de científicos de diversas disciplinas que fueron tomando registro de todo lo que se encontraban) no hubieran contado con este medio para hacer su trabajo.

Hay que tener en cuenta que desde su aparición la fotografía se concibió como un instrumento que podía ayudar a preservar y difundir los grandes logros de la civilización, y ya en las décadas de los cuarenta y cincuenta del siglo XIX llegaron a Egipto un buen número de fotógrafos con el objetivo de inmortalizar los principales monumentos de la época de los faraones. Quizás el más conocido es Maxime du Camp, autor de Souvenirs et paysages d’orient (1848) y Égypte, Nubie, Palestine, Syrie (1852), dos de los primeros libros de viajes ilustrados con fotografías de la historia. Du Camp ya no utilizaba la técnica del daguerrotipo, sino la del calotipo que permitía tiempos de exposición mucho más cortos y producía una imagen en negativo que podía ser posteriormente positivada tantas veces como se deseara (si bien las imágenes resultantes no eran tan nítidas como las que se conseguían con el daguerrotipo).

La técnica del calotipo fue sustituida rápidamente por la del colodión húmedo que posibilitaba la obtención de imágenes muy claras y brillantes (similares a las del daguerrotipo), aunque, eso sí, exigía que los fotógrafos tuvieran que llevar consigo una especie de mini-laboratorio fotográfico, pues la placa en la que se imprimía la imagen tenía que permanecer húmeda durante todo el proceso de toma y revelado. Uno de los pioneros en el uso de esta técnica fue Francis Frith, cuyas fotografías de grandes dimensiones (la mayoría de ellas realizadas en Egipto) llegaron a ser bastante populares. Frith también se especializó en la producción de imágenes estereográficas (en las que se lograba un efecto de tridimensionalidad gracias a la yuxtaposición de dos fotografías casi idénticas tomadas con una cámara de doble lente), de las que se calcula que a mediados de los años sesenta del siglo XIX podía haber en circulación en torno a un millón de ejemplares, con Egipto como uno de los temas más habituales.

Daguerrotipo de Palacio de Mohammed Ali en Alejandría, 1839 | Maxime Du Camp: Esfinge, 1849 | Francis Frith, Egipto, 1858

Podemos decir, por tanto, que en la emergencia y el primer desarrollo de la industria fotográfica (y, con ella, del turismo de masas), Egipto desempeñó un papel crucial, ya que desde muy pronto las fotografías de y sobre este país norteafricano generaron un gran interés en el ámbito académico y científico y, además, se convirtieron en un objeto de consumo muy apreciado por el gran público. A juicio de Maria Golia hay un elemento que no se debe olvidar a la hora de intentar explicar la fascinación que en aquella época se sintió por Egipto y sus antigüedades: a mediados del siglo XIX el mundo occidental estaba comenzando a descubrir la verdadera dimensión del tiempo. "Hasta entonces", precisó Golia, "se pensaba que la tierra sólo tenía seis mil años de antigüedad y que todo lo que había en ella, incluido los seres humanos, había sido creado por Dios en siete días, como se cuenta en el Génesis, el primer libro de la Biblia". En los siglos XVII y XVIII, geólogos y paleontólogos fueron encontrando numerosas pruebas de que la edad de la tierra era mucho mayor de la que decía la Biblia, pero esta idea no fue asumida abiertamente por la comunidad científica hasta mediados del siglo XIX cuando, entre otras cosas, se publicó El origen de las especies, de Charles Darwin. La arqueología -que demostraba la escasa solidez histórica del relato bíblico- y la fotografía -que ayudaba a proporcionar evidencias empíricas- fueron muy importantes para que la visión científica del tiempo y de la historia del planeta y de la humanidad se impusiera sobre la religiosa.

Según Golia, estas dos disciplinas han mantenido siempre una relación muy estrecha, ayudándose mutuamente a mejorar y desarrollarse. Desde su invención, la fotografía se convirtió en un elemento fundamental del trabajo de los arqueólogos, quienes en muchos casos la utilizaron no sólo para registrar lo que iban descubriendo, sino también lo restos que se perdían por culpa de la acción de excavar. Uno de los primeros arqueólogos que usó la fotografía de esta manera fue el estadounidense Andrew Reisner que dirigió 23 excavaciones en Egipto. Excavaciones de las que se realizaron más de 45.000 instantáneas que en un porcentaje muy amplio fueron tomadas por fotógrafos egipcios a los que el propio Reisner había formado. Curiosamente, Andrew Reisner fue también uno de los primeros arqueólogos que planteó que la fotografía no era una herramienta infalible pues, como escribió en un artículo que publicó en 1924, "hay cosas de una excavación que no puede captar" y aunque es un buen recordatorio para el excavador, "no es mucho más útil que un papel en blanco para alguien que no haya visto el objeto o espacio fotografiado".

Howard Carter abriendo la tumba de Tutankamón. Fotografía de Harry Burton 1923 La alianza entre la fotografía y la arqueología contribuyó a que Egipto se convirtiera en uno de los principales destinos turísticos del mundo. Hay que tener en cuenta que la publicación en la prensa de fotografías de los descubrimientos arqueológicos que se iban llevando a cabo en Egipto hizo que aumentara el interés por viajar a este país. Quizás uno de los ejemplos más significativos de la interacción entre turismo, fotografía y arqueología fue la apertura en 1923 de la tumba de Tutankamón por parte del arqueólogo y egiptólogo inglés Howard Carter. Carter vendió los derechos de las fotografías de esta excavación al diario británico The Times, lo que propició no sólo que su descubrimiento se difundiera rápidamente por todo el mundo, sino que el lugar donde se encontraba la tumba -el Valle de los Reyes- se llenara en las décadas siguientes de turistas occidentales.

Si quienes introdujeron la fotografía en Egipto fueron los arqueólogos europeos y estadounidenses que querían estudiar sus antigüedades, los que posibilitaron su expansión definitiva fueron algunos emprendedores extranjeros que habían llegado al país atraídos por el proceso de desarrollo económico que éste experimentó en las décadas de los sesenta y setenta del siglo XIX1 y que empezaron a dedicarse profesionalmente a la práctica de la fotografía. En este punto de su intervención, Maria Golia quiso aclarar que el hecho de que fueran residentes extranjeros los primeros que establecieron negocios dedicados a la fotografía no se debe, como a menudo se piensa, a una especie de imperativo cultural provocado por el carácter islámico de la sociedad egipcia sino a razones de índole básicamente económicas. "Para los extranjeros", explicó, "era mucho más fácil dedicarse a la fotografía, pues además de haber tenido acceso a una mejor formación, pagaban impuestos a la importación mucho más bajos que los ciudadanos egipcios (por lo que les resultaba más económico adquirir equipos fotográficos que, por aquel entonces, no eran precisamente baratos) y, en caso de delito fiscal, no tenían que responder ante los tribunales de justicia locales sino ante sus propios consulados".

Por lo general, en las imágenes que hicieron estos fotógrafos prevalece una perspectiva orientalista y, a pesar de que en ese momento el país estaba viviendo un vertiginoso proceso de modernización, casi todas ellas son de enclaves turísticos, de actos oficiales o de escenas populares y pintorescas (las llamadas "fotografías de género"). De hecho, Golia aseguró que en sus investigaciones en los archivos fotográficos de Egipto apenas ha encontrado imágenes sobre la construcción del Canal de Suez u otras infraestructuras. Lo que sí hay son numerosos retratos de gobernantes y personas ligadas a la nobleza que fueron los principales clientes locales de estos fotógrafos extranjeros.

P. Sebah: ‘Letter-Writer’ | H. Bechard: ‘Water-carriers’

Los primeros fotógrafos autóctonos aparecen a principios del siglo XX. Y, curiosamente, no lo hacen en El Cairo y Alejandría (ya que en estas dos ciudades era donde había más fotógrafos extranjeros, por lo que resultaba más difícil hacerse con una clientela) sino en ciudades medias de la costa o del interior como Asyut, Damietta, Minya o Luxor. "Desgraciadamente", indicó Maria Golia, "de la mayoría de estos fotógrafos sabemos muy poco, excepto quizás de Atiyya Gaddis (1889-1972) que en 1912, cuando sólo tenía veintitrés años, abrió un estudio fotográfico en Luxor, justo a los pies del Hotel Winter Palace, que aún sigue funcionando como negocio familiar". Las temáticas que encontramos en sus fotografías son las mismas que vemos en las imágenes de los fotógrafos extranjeros que le precedieron, desde postales turísticas de los monumentos faraónicos hasta retratos de personalidades locales o instantáneas de las visitas a Luxor de los miembros de la familia real y de gobernantes de otros países. Gaddis también realizó un gran número de las llamadas "fotografías de género" en las que, según Golia, las personas retratadas salen muchos más relajadas y sonriente que en las imágenes del mismo estilo que hicieron sus colegas extranjeros, "probablemente", señaló, "porque les hablaba en su mismo idioma y, por tanto, le veían como alguien más cercano".

Dos 'fotografías de género' del egipcio Atiyya Gaddis (1920 - 1930)

En aquella época los fotógrafos de estudio tuvieron que empezar a hacer frente a un competidor cada vez más poderoso: la empresa Eastman Kodak que en 1888 introdujo en el mercado la primera cámara con carrete2 y en 1912 abrió su primera sucursal en El Cairo. Pero esto no impidió que durante muchos años los estudios fotográficos continuaran siendo un buen negocio. De hecho, en la segunda y tercera década del pasado siglo se abrieron decenas de ellos y en la mayor parte de los casos fueron egipcios quienes los regentaron. Hay que tener en cuenta que por aquel entonces ya se había generalizado la costumbre de tomarse fotos en ciertos momentos especiales (en la ceremonia de graduación, en la celebración de una boda, al tener un hijo...). "Más allá de su calidad artística", subrayó Maria Golia, "las imágenes de estos fotógrafos de estudio (que se consideraban a sí mismos como fotógrafos técnicos) nos proporcionan una información histórica y cultural muy valiosa sobre la sociedad egipcia de aquellos años". En este sentido, Golia considera necesario apoyar la realización de investigaciones y trabajos de archivo sobre este tipo de fotografías, algo que ya están haciendo entidades como la Arab Image Foundation, una organización sin ánimo de lucro fundada en Beirut en 1997 con el objetivo de promover la "localización, recopilación, conservación y estudio del patrimonio fotográfico de Oriente Medio, el norte de África y la diáspora árabe".

Imágenes tomadas en estudios fotográficos de Egipto

A partir de la década de los veinte, las élites culturales egipcias empiezan a ver la fotografía como un medio de expresión artística. En 1923, la House of Egyptian Arts and Crafts de El Cairo organiza la primera exposición fotográfica de la que se tiene referencia y en 1929 se incluye la fotografía en el programa académico de la Escuela de Artes Aplicadas de la Helwan University de Giza. En los años treinta se crean numerosas escuelas de fotografía y aparecen las primeras asociaciones amateurs de fotógrafos que comienzan a organizar exposiciones por distintos puntos del país. En 1946, la Société des Amis de l’Art llevó a cabo una exposición titulada El Cairo de antaño en la que se exhibían fotografías antiguas de las calles y los monumentos de la capital egipcia (incluyendo algunos de los calotipos que había realizado Maxime du Camp casi un siglo antes) junto a fotografías de los mismos sitios tomadas expresamente para la muestra. Según Golia, esto reflejaba que ya a mediados del siglo XX se empezaba a tomar consciencia de que la fotografía en Egipto tenía una larga historia. Una historia que era necesario documentar y contar.

En el tramo final de su intervención en el seminario Arab modern. Modernidad Excéntricas. Escrituras de la historia del arte moderno en el mundo árabe, Maria Golia habló del importante papel que ha jugado la fotografía en la historia política de Egipto. Por ejemplo, fue crucial en la emergencia y expansión del movimiento nacionalista que surgió a finales del siglo XIX, coincidiendo con la aparición de la prensa ilustrada. No hay que olvidar que uno de los hechos que hizo que cristalizara este movimiento fue la publicación en los periódicos de la época de una serie de fotografías de la ejecución en 1906 de cuatros campesinos de la localidad Dinshawai, situada en el delta del Nilo, que se habían enfrentado a oficiales de seguridad británicos porque éstos estaban cazando palomas en su aldea3. Tras ver las imágenes, Mustafa Kamil Pasha, fundador del primer partido nacionalista de Egipto, declaró que la ejecución representaba una humillación para su pueblo y que ningún hombre de bien podía justificarla. Kamil murió al año siguiente, y como documentan numerosas fotografías de la época, su funeral fue multitudinario y se convirtió en uno de los primeros actos masivos de expresión pública de apoyo a la causa de la independencia.

Postal conmemorativa del multitudinario funeral de Mustafa Kamil Pasha | Fotografía de la insurrección popular de 1919

En 1919 se produjo la primera gran insurrección popular contra los británicos que reprimieron las protestas con extremada dureza, causando numerosas víctimas. Las imágenes de las movilizaciones y de la represión fueron ampliamente difundidas por la prensa y, según Golia, sirvieron para que muchos egipcios se decidieran a implicarse de forma activa en la lucha contra el opresor británico. El gobierno colonial, que finalmente logró controlar la insurrección, tomó consciencia de que las fotografías de manifestaciones y revueltas podían resultarles perjudiciales y desde entonces hizo todo lo que estaba en sus manos para impedir que se realizaran y publicaran4.

En los años siguientes se comenzó a utilizar la fotografía para, por un lado, mejorar el control de la población (exigiendo, por ejemplo, que todos los documentos de identidad llevaran una fotografía de su propietario) y, por otro lado, dar una imagen amable, moderna y glamourosa de la familia real, convirtiendo los eventos palaciegos en el tema por excelencia de la prensa rosa. Pero el descontento de los egipcios con la familia real por su sumisión a las autoridades coloniales fue creciendo de manera significativa y eso llevó a que, entre otras cosas, la prensa del corazón cada vez le prestara menos atención a sus miembros y más a personajes del mundo del cine y del espectáculo como Hind Rostom, considerada como la "Marilyn Monroe egipcia", o Laila Moussa, que era hija y esposa de fotógrafos5.

Hind Rostom | Laila Moussa

El 26 de enero de 1952 estalló una insurrección popular contra el gobierno monárquico pro-occidental de Faruq I y a finales de julio de ese año un grupo de militares egipcios encabezados por Gamal Abdel Nasser y Muhammad Naguib (el llamado "Movimiento de los Oficiales Libres") dio un golpe de Estado y obligó al rey a abdicar. El cambio de régimen no propició un proceso de democratización; por el contrario, los egipcios vieron como se deterioraban ciertos derechos y libertades de los que, al menos parcialmente, habían gozado hasta entonces. La prensa se nacionalizó, la censura se institucionalizó y la fotografía empezó a considerarse como una práctica sospechosa y peligrosa que debía controlarse de manera estricta. Este control, sin embargo, no ha servido para que las imágenes que lograban pasar el filtro de la censura se hayan conservado adecuadamente, pues los archivos fotográficos de las publicaciones egipcias, la mayoría de ellos de propiedad estatal, o se han desmantelado o han perdido gran parte de los documentos que albergaban o se han digitalizado de forma muy poco rigurosa.

Antes de concluir su conferencia, Maria Golia señaló que en la actualidad hay ciertos indicios de que en la sociedad egipcia cada vez más personas están comenzando a tomar conciencia del valor cultural, histórico y artístico de la fotografía. Así, en el ámbito académico se empiezan a utilizar imágenes fotográficas para abordar cuestiones como la historia del movimiento nacionalista, la participación de las mujeres en la prensa o la evolución de la arquitectura urbana; existen varios coleccionistas privados que están publicando en Internet el material fotográfico que han conseguido recopilar; y muchos fotógrafos han empezado a descubrir la importancia de Egipto en la historia de la fotografía y el papel fundamental que ésta ha jugado -y sigue jugando- en la configuración de la realidad social, política y cultural de su país.

 

 

 

 

 

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1.- No hay que olvidar que en esos años Egipto se había convertido en uno de los principales exportadores de algodón del mundo (en gran medida, debido a la Guerra de Secesión estadounidense), lo que propició que viviera un intenso proceso de crecimiento económico que permitió que se pusieran en marcha ambiciosos proyectos industriales y de infraestructura. Proyectos en los que colaboraron numerosos extranjeros que, en muchos casos, decidieron fijar su residencia en Egipto.  [^]
2.- Cuyo eslogan promocional fue la frase "usted sólo tiene que apretar el botón, nosotros hacemos el resto".  [^]
3.- Aunque formalmente estaba gobernado por el monarca Abbas Hilmi II (por el que la sociedad egipcia nunca sintió demasiado aprecio), en aquella época Egipto era, de facto, un protectorado de Reino Unido. A los británicos la ocupación de este país les servía para tener garantizado el acceso al algodón -fundamental para su industria textil- y controlar el Canal de Suez, un paso que les facilitaba mucho la salida hacia sus colonias en Oriente Medio y Asia.  [^]
4.- Maria Golia aseguró que ésta ha sido una tendencia constante en la historia reciente de Egipto. De hecho, en las movilizaciones de principios de 2011 que propiciaron la caída de Hosni Mubarak, se confiscaron numerosas cámaras y la televisión estatal evitó hasta el último momento la emisión de imágenes de la plaza Tahrir ocupada por centenares de miles de manifestantes.  [^]
5.- Su padre fundó en 1947 la Sociedad Fotográfica de Egipto y su marido, Abdel Fattah Riyad, que estaba especializado en fotografía forense, fue durante varias décadas profesor de fotografía en la American University y en el Instituto Cinematográfico de la Universidad de El Cairo. Según Maria Golia, la trayectoria de Abdel Fattah Riyad, que llegó a publicar 18 libros sobre fotografía (casi todos ellos de carácter técnico), no puede desligarse del proyecto de independencia egipcia, pues Ryad era un modelo paradigmático del profesional serio, brillante y riguroso que se consideraba que debía liderar el camino hacia la modernización del Egipto post-colonial.  [^]

 



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