Líneas de investigación
Proyectos en Curso
Proyectos Anteriores
Víctor Gómez Pin: "Lo que me preocupa no es la deshumanización del mundo sino la alienación del hombre" |
La irreductible singularidad del ser humano cuya capacidad lingüística le diferencia del resto de los animales fue la principal tesis defendida por Víctor Gómez Pin en la apertura del Ciclo de Conferencias La deshumanización del mundo que se ha celebrado en el Aula del Rectorado de la Universidad Internacional de Andalucía. El ciclo presentado por José María Martín Delgado (Rector de la UNIA) y Pedro G. Romero (miembro del comité organizador de arteypensamiento) surge con el objetivo de instaurar "una estancia de reflexión permanente en torno a la crisis del humanismo como modelo de civilización", y contó en esta primera fase con la presencia de Víctor Gómez Pin, Fernando Savater y Javier Echeverría. La siguiente fase se desarrollará en junio e incluirá la participación de, entre otros, Massimo Cacciari y Ángel Gónzalez García. Según Víctor Gómez Pin el ser humano se define por no subordinar todo el sentido de su estar en el mundo a la "darwiniana lucha por la subsistencia", lo que le ha permitido desarrollar cosas tan singulares como la poesía o la ciencia. De esta forma, el autor de Los ojos del murciélago: vida de la caverna global muestra su oposición a los planteamientos defendidos por ciertas corrientes del pensamiento contemporáneo que equiparan al hombre con los animales. Gómez Pin considera que la deshumanización del hombre es simplemente imposible, pues si eso ocurriera, argumenta, no habría testigos para contarlo. "El ser humano, indica, es un animal cuya principal característica es razonar. Por ello lo que me preocupa no es una potencial deshumanización (eso supondría la desaparición del hombre y entonces no habría nadie para certificarlo) sino la alienación: esto es, la no asunción por parte del hombre de su doble condición de animal y de ser racional". Basándose en Aristóteles, un pensador que según Gómez Pin planteó todos los problemas fundamentales de la filosofía (y cuya vigencia no pasará nunca de moda), el objetivo y la razón de ser del hombre "no es sobrevivir, sino vivir con lucidez". Esa búsqueda de lucidez, que se materializa y vehicula a través de nuestra capacidad lingüística, constituye el hecho diferencial, la irreductible singularidad del ser humano ("carne hecha verbo", en palabras de Gómez Pin) como han defendido con rotundidad cuatro de los pensadores más significativos de la civilización occidental: Aristóteles, Santo Tomás de Aquino, Descartes y Kant. Por ello Gómez Pin rechaza las conclusiones que derivan de ciertas investigaciones genéticas, biológicas e incluso psicológicas que homologan al ser humano con otros animales - y que han tenido su correlato filosófico en las reflexiones de autores como Peter Singer y Jesús Mosterín - no tanto por su validez analítica (que no las pone en duda) sino por la confusión conceptual sobre las que se sostienen. "Esas investigaciones, señala, parten de un error fundamental: analizan y observan al ser humano como un animal y confunden el lenguaje con un mero sistema de comunicación. El lenguaje humano sólo es tal, cuando no tiene ninguna utilidad, cuando no sirve para nada". En ese sentido, el autor de El drama de la ciudad ideal no refuta los hallazgos científicos que muestran que desde una perspectica exclusivamente genética no hay nada sustancial que diferencie al hombre de otros seres vivos, e incluso admite que los animales (y las plantas) sufren, se comunican y en algunos casos pueden hasta tener cierta percepción de su identidad. Pero a su jucio, sólo el hombre sufre lingüísticamente y es capaz de reflexionar sobre su función, su estatuto y su destino (y el de las demás especies) en el marco de la naturaleza. Víctor Gómez Pin finalizó su conferencia citando al pensador estadounidense Noam Chomsky (autor de una vasta obra que intenta articular una ciencia del lenguaje): "al igual que los pies no pasean, sino que son las personas las que pasean; se piensa con el cerebro pero no piensa el cerebro". |