Líneas de investigación
Proyectos en Curso
Proyectos Anteriores
Resúmenes de las intervenciones en el seminario La ecuación iraquí (I) |
El objetivo de Representaciones árabes contemporáneas es identificar dinámicas de producción de pensamiento crítico en los países árabes y ayudar a que se consoliden, desarrollen y puedan funcionar de forma plenamente autónoma. Es decir, desde este proyecto se pretenden crear redes de colaboración internacionales e interdisciplinares que trabajen a largo plazo para posibilitar la circulación de obras, ideas y propuestas discursivas críticas, tanto en el interior de las propias zonas de invención (los países árabes) como a nivel internacional. La elección del concepto de representación para el título de este proyecto no es arbitraria. A juicio de Catherine David, hablar de "representaciones árabes contemporáneas" es mucho más adecuado que hacerlo de "arte árabe contemporáneo", ya que la primera expresión da cabida a una gama más amplia y variada de discursos y manifestaciones expresivas divergentes. Tras la caída de Sadam Hussein, los iraquíes asisten a la emergencia de un sistema multipartidista y a la consolidación -más o menos precaria, pero aparentemente imparable- de ciertos procesos de diálogo social. Hay mucha más libertad de expresión y, a priori, se puede criticar tanto a las fuerzas de la coalición como al gobierno interino sin temor a sufrir represalias (al menos legales). De hecho, en los dos últimos años se ha multiplicado el número de periódicos que se editan en Irak que, según cálculos recientes, ya supera los dos centenares, incluyendo tanto diarios de información general como semanarios o revistas especializadas mensuales y bimensuales. En la historia reciente de Irak, siempre han existido dispositivos legislativos y simbólicos para tratar de instrumentalizar políticamente las creaciones literarias y artísticas. Es decir, el Estado siempre ha aplicado una férrea censura -tanto ideológica como moral- a las producciones intelectuales, un hecho que, según Ali Bader, novelista y ensayista nacido en Bagdad en 1964, ha mermado sensiblemente el desarrollo cultural de este país del golfo pérsico. Esa censura alcanzó su grado más alto durante la dictadura de Sadam Hussein, una época en la que el poder no sólo prohibía que se trataran ciertos temas, sino que, de algún modo, dictaba lo que había que producir, obligando a los creadores a seguir determinados estándares ideológicos y formales. Además, esa censura no sólo se aplicaba a los contenidos políticos y sociales potencialmente más conflictivos, también se extendía a otros ámbitos temáticos: por ejemplo, no se podía escribir sobre asuntos que se consideraban tabúes como el sexo. Existen numerosos paralelismos entre lo que está ocurriendo en Irak tras la caída de Sadam Hussein y lo que sucedió después de la primera Guerra Mundial, cuando el país quedó bajo mandato británico. En ambos casos, las potencias ocupantes justifican su intervención con el argumento de que su único objetivo es llevar la democracia, el progreso y la justicia a los iraquíes, ya sea liberándoles del dominio otomano o del despótico régimen de Sadam Hussein. A su vez, las dos ocupaciones han sido legitimadas por organismos internacionales y por procesos electorales que han estado precedidos de operaciones bélicas de grandes dimensiones. A juicio de Pierre-Jean Luizard, investigador del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) de Francia y miembro del Groupe de Sociologie des Religions et de la Laïcité de París, tanto las elecciones legislativas del 30 de enero de 2005 como las del pasado 15 de diciembre se pueden ver como "gestos" que posibilitan una cierta normalización institucional de Irak. En un contexto internacional en el que, por los efectos de la globalización, los países tienden a reagruparse en conjuntos regionales que interactúan entre sí, desde la primera Guerra del Golfo (1991), el mundo árabe en general y Oriente Medio en particular, han experimentado un proceso completamente inverso: se han debilitado como sistemas transnacionales con capacidad de articular estrategias políticas que les posibiliten defender sus intereses y controlar su propio destino. De hecho, las instituciones regionales que existían anteriormente, desde la Liga de Estados Árabes al Consejo de Cooperación del Golfo, lejos de consolidarse, se han ido desintegrando paulatinamente y, a día de hoy, no existen iniciativas que nos permitan pensar que a corto y medio plazo esa situación va a cambiar. "Y lo más paradójico", señaló Gema Martín Muñoz, profesora de Sociología del Mundo Árabe e Islámico de la Universidad Autónoma de Madrid y autora de libros como Irak, un fracaso de Occidente (1920-2003) o Marroquíes en España. Estudio sobre su integración, "es que se trata de una región que agrupa toda una serie de potencialidades que la convierten en una de las áreas, en términos geo-políticos y estratégicos, más importantes del planeta". Alberga gran parte de las reservas de hidrocarburos que hay en el mundo, así como los principales centros simbólicos (santos lugares) de las tres grandes religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e Islam (en sus distintas ramas). |