Líneas de investigación
Proyectos en Curso
Proyectos Anteriores
Pablo León de la Barra: Estética de resistencia |
A mediados de la década de los 90, en un contexto económico y político muy tenso en México, Pablo León de la Barra (que acababa de terminar la carrera de Arquitectura) se embarcó junto a un grupo de amigos en la rehabilitación de una casa en Tacubaya, un barrio céntrico de México D.F., trabajando con los materiales del lugar. Ente otras cosas, convirtieron la azotea en un espejo de agua, crearon bancos a partir de tabiques que sobraban, cubrieron los techos de maderas que estaban llenos de polillas con sobrecubiertas de plásticos, hicieron muros falsos,... Todo de forma muy inocente y autodidacta, sin tener ni idea de la relación que existía entre su forma de trabajar y las propuestas de otros artistas que llevaban a cabo "instalaciones" en las que interactuaban con el espacio (minimalismo, land art,...). Tres o cuatro años más tarde, Pabló León de la Barra comenzó a desarrollar intervenciones espaciales con mobiliario doméstico, usando su propia casa como taller. Por entonces retomó la costumbre (que había abandonado durante varios años) de utilizar la cámara fotográfica como cuaderno de notas, de modo que las imágenes servían como punto de referencia del trabajo que estaba realizando. "Pero la mayor parte de este proceso era inconsciente, advirtió Pablo León de la Barra, y sólo ahora, en clave restrospectiva, encuentro una continuidad lógica entre las distintas fases de estos trabajos". En 1999 realizó en Ex-Teresa, un centro de arte contemporáneo dedicado a las nuevas generaciones situado en un antiguo convento de la capital mexicana, una instalación que contenía una especie de muelle de madera sobre el que se colocaba un colchón y un proyector de diapositivas que emitía imágenes de arquitectura popular anónima de la India, Pakistán y México (entre las que existen muchas similitudes). Ya en el año 2000 presentó su propuesta Modern Mexican Style, un diaporama compuesto de diferentes imágenes de la ciudad de México (vistas áreas, instantáneas de mercados ambulantes, fachadas de edificios modernos anónimos, patios interiores,...) que cuestionaban la representación oficial de la modernidad que se promueve desde las instancias oficiales del país. La selección de las fotografías y la manera de instalar el diaporama cambiaba en función del lugar en el que se exhibía. "Así, recordó Pablo León de la Barra, en París se instaló sobre una alfombra naranja y acompañado de dos sillas estilo Acapulco color verde pastel, mientras que en el Witte de With de Rotterdam se llevó a cabo una versión menos estetizada, con el proyector emitiendo imágenes en la pared de la recepción en un intento de "invadir" el espacio administrativo de la institución". En la exposición colectiva De la representación a la acción, que se celebró en el Planetario de Bogotá, Pablo León de la Barra creó junto a Jade Lindgaard (periodista de la revista francesa Les Inrockuptibles) un "espacio adolescente" en el que se exhibían revistas femeninas juveniles y otros iconos de la cultura teen. El diseño de este espacio se realizó sin planificación previa, adaptándose al escaso presupuesto con el que se contaba y utilizando materiales muy económicos (mesas, alfombras, cortinas,...) adquiridos en tiendas locales. "Tanto en el proyecto de Bogotá como en la Zona de Activación, Chabola diseñada para este seminario, aseguró Pablo León de la Barra, se ha intentado que la propuesta se desarrolle de la forma más espontánea posible, y siempre en interacción con el espacio y el contexto en el que se presenta". Con la premisa de utilizar materiales baratos y trabajar con cierta idea de desorden para dejar que las diferentes piezas se vayan ensamblando, León de la Barra creó para la misma exposición en su versión parisina una nueva variante de este "espacio adolescente". En este caso de estética perversamente chic, con una alfombra rosa, recortes de diversas revistas juveniles y el acompañamiento de una ambientación musical compuesta por José Manuel Jaramillo (otro de los invitados al seminario De lo mismo a lo de siempre). "Me interesa, señaló Pablo León de la Barra, conocer las razones de que se sigan desarrollando estrategias informales de apropiación del espacio público (ya sea como vivienda o como comercio) y, sobre todo, saber porqué desde el poder se dedica más esfuerzo a intentar desactivarlas que a articular políticas urbanísticas que afronten el problema desde una óptica integral y flexible". Con este punto de partida lleva ya tres años realizando una recolección de diferentes ejemplos de problemáticas urbanas generadas por la falta o a la precariedad de la vivienda: desde el caso de un hombre que ha pasado mucho tiempo acampado entre dos grandes centros comerciales de Brasilia para reclamar su derecho a una vivienda digna, a la demolición del barrio de El cartucho en Bogotá o la persistencia de las favelas en Río de Janeiro. Pablo León de la Barra también ha analizado varios casos similares en México D.F., como el del asentamiento irregular de El Olivo (que se encuentra al lado de una zona que ha crecido desmesuradamente en los últimos años hasta convertirse en una especie de Los Ángeles a la mexicana) en el que sus habitantes han intentado (sin éxito) evitar la construcción de una carretera que ya divide el poblado en dos. En Londres, en el año 2002, Pablo Léon de la Barra puso en marcha junto a Beatriz López y Sebastián Ramírez el proyecto 24/7, un espacio que funciona como una plataforma de exhibición para jóvenes artistas contemporáneos de Latinoamérica. "No me interesa la noción de arte latinoamericano, precisó Pablo León de la Barra, pero sí la existencia en muchas ciudades de América Latina de una serie de prácticas artísticas que relacionan lo estético, lo político, lo social y lo urbano". 24/7 tiene dos actividades principales. La "galería pared", que utiliza el muro exterior de una casa-vivienda ubicada en el barrio de Shoreditch (un barrio del East End de Londres donde una emergente escena artística cohabita con una numerosa comunidad bangladeshí y la población original cockney) como sala de exposiciones. Y la "galería itinerante", que tiene un formato móvil y va ocupando diferentes espacios para exponer sus propuestas. La "galería pared" de 24/7 se puso en marcha con una propuesta de Stefan Brügemann - un artista que suele trabajar con textos en inglés utilizando letra estilo Arial en negrita - que colgó una gran sábana donde había escrito "Against International Standards". El segundo proyecto de 24/7 (en este caso, en su "galería intinerante") corrió a cargo de Carolina Caycedo que en un mercadillo ilegal de productos de segunda mano exhibió y vendió parte de sus pertenencias personales. Todo ello mientras intentaba esquivar a los inspectores que persiguen a los vendedores que no tienen licencia. Con el dinero recaudado compró tela para coser una bandera que mezclaba la de Colombia con la del Reino Unido. "Curiosamente, recordó Pablo León de la Barra, poco después estuve en una manifestación en Bogotá en la que también había una bandera mixta: en este caso combinaba la colombiana con la de Estados Unidos". Bajo el título Estado independiente, un grupo de artistas vinculados a 24/7 presentó una exposición en una galería que se iba a desalojar para poner en su lugar apartamentos de lujo. En esta exposición se incluían distintas propuestas que cuestionaban la distinción entre arte y no arte. 24/7 también ha contado con la colaboración de Silverio, un antiguo miembro del grupo Titán (una banda electropop que gustaba sobre todo a cierto sectores juveniles de la clase media-alta latinoamericana) que ha obtenido un gran éxito popular mezclando ritmos electrónicos con elementos propios de la tradición musical mexicana. Hasta el momento, las últimas actividades de 24/7 han sido Guacamole pub (distintos creadores-cocineros haciendo la misma comida - guacamole -, con los mismos ingredientes pero recetas y resultados muy diferentes) y un proyecto de Carlos Amorales que se centra en una manifestación expresiva característica del folclore popular mexicano: los luchadores. Pablo León de la Barra finalizó su intervención en el Aula del Rectorado de la Universidad Internacional de Andalucía describiendo su participación en el proyecto Puerto Rico 02, un evento bastante complejo en el que colaboraron siete curadores (cada uno de ellos a cargo de un grupo de artistas) que disponían de una sede y de un día para presentar los trabajos. Integrado en el grupo que coordinaba María Inés Rodríguez (directora del seminario De lo mismo a lo de siempre), Pablo León de la Barra trabajó en una localidad llamada Naranjito, un pueblo con muchos problemas de marginalidad (sobre todo por el tráfico a pequeña escala de drogas) situado aproximadamente a una hora de San Juan, la capital de Puerto Rico. La propuesta de Pablo León de la Barra consistía en la rehabilitación de un antiguo local social abandonado para convertirlo en un Museo en el que se exhibieran objetos de los lugareños (que cedieron desde cuadros con motivos religiosos a trofeos deportivos, posters, recuerdos de la guerra del Vietnam e incluso una reproducción de La Gioconda). "El objetivo era, aseguró Pablo León de la Barra, articular un discurso que diera a los visitantes una idea de la complejidad cultural, social, política y económica de ese pueblo y que, al mismo tiempo, permitiera que los habitantes de Naranjito pudiesen sentirse representados". |