Reunión
03 congregó en la sede de La Rábida de la Universidad Internacional
de Andalucía (UNIA) a diversos colectivos y personas que están creando
nuevas situaciones y dinámicas a través de una pluralidad de iniciativas
que articulan (de forma más o menos explícita) planteamientos artísticos.
Este encuentro se ha estructurado en tres áreas de actividades independientes
pero complementarias. En primer lugar, el programa de Reunión 03
reservó varias sesiones diarias para que los distintos grupos que participaban
en el encuentro explicaran sus planteamientos políticos y artísticos.
En segundo lugar, La Fiambrera Barroca organizó Ora et colabora,
una mesa de debate que pretendía establecer un espacio de discusión
en torno al arte colaborativo y dar a conocer las experiencias de agentes
procedentes de otros ámbitos geográficos. Por último, Reunión 03
contó también con una prótesis digital montada en el patio de La Rábida
en la que, gracias a una poderosa e innovadora red telemática, se pudieron
intercambiar "flujos de audio y vídeo en tiempo real" con interlocutores
remotos situados en Extremadura, Canarias, Francia, Holanda, Colombia
o México.
Con un primer marco de
acción centrado en el territorio andaluz (muy marcado por la presencia
de numerosos grupos malagueños y sevillanos), el encuentro Reunión
03. Ceci n`est pas un congrés -celebrado en la sede de La Rábida de la Universidad Internacional de
Andalucía (UNIA) entre el 1 y el 5 de septiembre de 2003- se ha concebido
como un espacio múltiple, heterogéneo y abierto en el que también se
han conocido las experiencias de agentes procedentes de otros ámbitos
geográficos": Las Agencias y Yo Mango (Cataluña), Tramm (Euskadi), Nelo
Vilar (Valencia), City Mine[d] (Bruselas-Londres-Barcelona),...
En
Reunión 03 alrededor de 30 colectivos (en algunos casos, artistas
individuales) presentaron sus actividades y proyectos: desde las propuestas
de ecología urbana de Peatón Bonzo, o Plataforma Parque Moret a las
derivas y ficciones desconcertantes que proponen Rizoma o José García,
pasando por la organización de eventos culturales alternativos (Edita,
Vulgaris/arte, Balkanada, Confluencias, Sensxperiment...), la publicación
de revistas independientes (Parabólica, Blitz, La Fuga,...), el replanteamiento
de las cuestiones de género (Colectivo Feminista Lilitu), la video-creación
de denuncia (Zemos 98, El Cable, José Luis Tirado), la puesta en marcha
de espacios autónomos (Sala Endanza), la acciones anónimas (Mimalaguita)
o de recuperación de la memoria histórica (Antonio Orihuela,...), la
apropiación de la literatura oral como un arma para la transformación
individual y social (Pablo Bouzada, La Palabra Itinerante) o la incorporación
integral de conceptos artísticos a la vida cotidiana (Pollo y Berta
Orellana).
Organizado por La Fiambrera Barroca el taller
Ora et colabora pretendía activar un debate en torno a lo
que se conoce como "arte colaborativo": esto es, prácticas
artísticas con objetivos manifiestamente políticos que convergen
(con más o menos fortuna) con las acciones e iniciativas de los
nuevos movimientos sociales. "Desde hace muchos años, señaló
Curro Aix (miembro de La Fiambrera Barroca), hemos participado en proyectos
que tratan de desarrollar este tipo de colaboraciones entre artistas y
activistas, donde hemos tenido que enfrentarnos a conflictos y contradicciones
de difícil resolución". El objetivo del taller era reunir a una serie grupos
y agentes involucrados (directa o tangencialmente) en este tipo de prácticas
para intercambiar experiencias, buscar soluciones a los problemas que
se plantean y encontrar fórmulas que permitan que estas propuestas
tengan mayor viabilidad y visibilidad. A lo largo de la semana se abordaron
diferentes cuestiones relacionadas con el arte colaborativo como las formas
de organización, el concepto de autoría, las relaciones
con las instituciones, los modelos posibles de financiación o las
audiencias. Se optó siempre por una metodología flexible
y abierta que trataba de fomentar la participación horizontal y
permitió que el contenido del programa fuera construyéndose
y modificándose a partir de las distintas intervenciones.
El
patio de la sede de La Rábida albergó un laboratorio experimental en
el que se reunieron hackers, media-artistas y activistas para intentar
construir un territorio híbrido (entre el espacio físico y el de los
flujos de datos) que permitiese la emergencia de una multitud digital
concebida en el sentido que proponen Negri y Hardt en Imperio.
Es decir, como un nuevo sujeto político compuesto por una multiplicidad
de agentes independientes y diversos, pero interconectados en red y
con capacidad de alcanzar convergencias creativas en determinadas circunstancias.
El objetivo del taller fue articular un espacio para el intercambio
y la transferencia de conocimientos e informaciones donde se alternaran
las presentaciones más teóricas (abordando temas como el software libre,
el copyleft, la tecnología wireless o una iniciación al programa Pure
Data) con la investigación y experimentación práctica de conexiones
a internet vía satélite y la puesta en marcha del proyecto Al-jwarizmi.
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