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S. Sayyid: Dune y la descolonización del futuro |
En este sentido, S. Sayyid recordó que en el último tramo de Dune, se sustituye la figura del Mehdi -un personaje de origen divino que, según la tradición islámica, representa una especie de salvador de la humanidad- por un Duque, un tipo de distinción nobiliaria que procede de la tradición aristocrática europea. En principio, parece extraño que para guiar el destino de la civilización humana se prefiera la figura de un Duque (que tiene una autoridad limitada y subsidiaria) a un Mehdi (una encarnación del poder divino). Pero a juicio de S. Sayyid no es una decisión casual ni intrascendente. "Se podría pensar, señaló S. Sayyid, que responde a un interés laico y humanista, sin embargo la verdadera razón se encuentra en el intento de mantener (aunque sea de forma inconsciente) el orden colonial".
La ciencia-ficción contemporánea es una modalidad de producción narrativa propia de Occidente que se popularizó en los EE.UU en la década de los 30 del siglo pasado, la misma época en la que apareció la noción actual de racismo. Hay que tener en cuenta que desde el siglo XV, el conocimiento científico ha desempeñado un papel central en la civilización occidental, hasta el punto de que se ha convertido en su principal elemento diferenciador. "Incluso se podría decir, aseguró S. Sayyid, que ha terminado ocupando el lugar que en otras culturas tiene la religión". De hecho, S. Sayyid cree que la ciencia-ficción representa una especie de mitología del mundo occidental contemporáneo que actualiza antiguos mitos y profecías desde un registro secularizado, y de esa forma trata de dar sentido y significado a los hallazgos y conflictos de la ciencia. Precisamente, debido a su vinculación a la noción general de ciencia, la ciencia-ficción es, en principio, anti-política. En un sentido amplio, lo político tiene que ver con la formación de identidades y con la elección de aliados y enemigos que lleva a cabo cada individuo o colectivo en su vida cotidiana. Pero cuando una reivindicación se institucionaliza (por ejemplo, cuando se "da por hecho" la igualdad entre hombres y mujeres), se termina eliminando su dimensión política, aunque haya costado mucho esfuerzo conseguirla. Según S. Sayyid hay una tendencia a olvidar las luchas (y los motivos que las generaron), igual que se obvian las razones por las que decidimos que alguien era nuestro amigo o enemigo (que también fue, en su origen, una decisión política). Y cuando una acción, situación o decisión se conciben como natural, como algo dado de antemano, se desactiva su potencial político. Eso ocurre con la ciencia-ficción, donde se olvida que se ha asumido el discurso científico como la única manera de imaginar (y, por tanto, de construir) el futuro.
Esa dinámica colonialista sigue plenamente vigente en la actualidad, cuando se acaban de justificar dos guerras cruentas (Afganistán e Irak) recurriendo a argumentos similares (aunque convenientemente actualizados) a los que se utilizaron en la expansión colonial del siglo XIX. Incluso se ha prescindido descaradamente de la legalidad jurídica internacional, en ciertos casos, con una impunidad casi absoluta (como en las cárceles de Guantánamo o Abu Ghraib). Para el autor de A Fundamental Fear, la ciencia-ficción popular es una de las herramientas de las que se ha valido el orden colonial para difundir su forma de concebir el mundo. En este sentido, la novela Dune, con sus correspondientes versiones cinematográficas, refleja el miedo de Occidente al triunfo en el futuro de una especie de poder despótico oriental (simbolizado en la figura del Mehdi) que, de algún modo, terminaría vengándose de tantos siglos de opresión colonial. "Aunque utiliza términos y referencias de la tradición musulmana, aseguró S. Sayyid en la fase final de su intervención en Suturas y fragmentos, Dune no descoloniza el futuro, porque termina recreando la misma estructura de poder que existe en la tierra desde hace más de 500 años". |