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Ken MacLeod: Somos un pueblo: la política de los libros "Fall Revolution" |
Las novelas The Star Fraction (1995), The Stone Canal (1996), The Cassini Division (1998) y The Sky Road (1999) forman parte de un ciclo de obras en las que el escritor británico Ken MacLeod lleva a cabo una re-creación de la historia política de los próximos siglos a partir de una reinvención de movimientos ideológicos y patrones organizativos contemporáneos. En esta tetralogía de ciencia-ficción política, que el propio autor denomina Fall Revolution books (los libros de la Revolución de octubre o de otoño), no hay un desarrollo narrativo lineal (al modo de las series literarias), sino que cada novela se puede leer perfectamente de forma independiente. La conexión entre ellas se establece por el marco histórico general en el que se insertan las distintas tramas, por la repetición de algunos acontecimientos puntuales (narrados, eso sí, desde perspectivas diferentes) y por la aparición de personajes repetidos que en cada novela tienen una relevancia diferente. Muchas veces algún detalle anecdótico de una de las noveles, se convierte en un elemento clave para el desarrollo de otra: por ejemplo un personaje secundario en The Sky Road como Myra, cobra una relevancia decisiva en The Stone Canal. "En su conjunto, los libros del ciclo Fall Revolution, recordó Ken MacLeod durante su intervención en Suturas y fragmentos, no responden a una planificación narrativa previa; por ello, pueden ser leídos en cualquier orden, dejando a los lectores que monten el rompecabezas". En cualquier caso, el punto de partida de la tetralogía es que la cultura capitalista occidental está en declive y aunque sigue gozando de una mala salud de hierro, ya no existe ninguna fuerza que puede detener su decadencia. Heredero confeso del pensamiento marxista, Ken MacLeod cree que el capitalismo, como todo Imperio, ha alcanzado su techo histórico y ya no podrá expandirse más. Esto es, ha entrado en un "estado estacionario" (según la terminología de economistas liberales como John Stuart Mill, David Ricardo o Adam Smith), y a partir de ahora, siguiendo la ley del crecimiento decreciente, comienza su caída. Los libros de la "Revolución de otoño" nos colocan ante una sociedad desmoralizada y contradictoria (tan desarrollada como decadente). Desde un punto de vista cronológico, la trama de las novelas de Fall Revolution se inicia el año 2015, cuando un "gobierno radical reformista" gana las elecciones en Gran Bretaña y decide eliminar la monarquía (sustituyéndola por una república). Eso ocurre en un momento en el que, tras la caída de la Unión Soviética y el desmantelamiento definitivo del telón de acero, el este y el sur de Europa vive un periodo de continuas turbulencias sociopolíticas que han conducido a una expansión de los conflictos territoriales ("a una especie de balcanización de Europa", matizó Ken MacLeod) y a la emergencia de múltiples movimientos nacionalistas, ecologistas radicales y ciber-libertarios (anarquistas tecnófilos). A su vez, han aparecido numerosas bandas mafiosas trasnacionales que actúan con total impunidad por todo el continente. En el año 2020, Alemania declara la guerra a los países del sur y del este de Europa, una decisión que anima a la oposición monárquica británica a intentar derrocar el joven gobierno republicano ("algo parecido a lo que ocurrió en España en 1936", explicó MacLeod). Con el beneplácito de la ONU, EE.UU (que sigue detentando el monopolio sobre el armamento nuclear) decide intervenir para poner orden (su orden) en el caos europeo. La consecuencia final de esa intervención es que EE.UU ocupa militarmente muchas zonas del viejo continente, algo que, lejos de arreglar la situación, abre nuevas vías de conflictos. Gran Bretaña, por ejemplo, se convierte en un reino balcanizado (o irakizado) en el que emerge un movimiento de resistencia antimperialista (articulado en torno al Ejército de la Nueva República, el ANR) que ejerce una gran influencia en la vida política internacional. En ese contexto, surge un potente grupo luddista (nuevos bárbaros) cuya base social procede de zonas rurales deprimidas y de los barrios más marginales de las grandes urbes occidentales. En Asia, la situación es igual de convulsa. La China comunista comienza a desintegrarse en varios estados (como ocurrió tres décadas antes en la URSS) e inicia una compleja y extensa guerra contra Japón por la posesión de varias zonas de Siberia y Manchuria. A su vez, algunos sectores de los antiguos ejércitos de Rusia y de China crean una coalición neo-comunista, autodenominada "Unión Chino-Soviética", que consigue conquistar varios territorios del continente asiático. Ya en el cálido otoño del año 2045, una alianza entre el ANR británico y varios movimientos insurgentes internacionales desencadena una serie de procesos revolucionarios por todo el planeta que logra desestabilizar el poder global capitalista. "Estas novelas, rememoró Ken MacLeod, surgieron de la furia y la frustración política que sentía ante la balcanización del mundo y la fragmentación y división de la izquierda". Una fragmentación que, a su juicio, sólo ha beneficiado al poder capitalista, provocando que buena parte de los ciudadanos que creían en el poder transformador de la izquierda se hayan resignado a aceptar la hegemonía neo-liberal como una especie de mal ineludible. El interés por la ciencia-ficción del autor de Dark Light (2001) se remonta a su adolescencia, cuando comenzó a leer a los grandes clásicos del género al mismo tiempo que se iniciaba en el activismo político más radical. Para él, ambas cosas eran plenamente compatibles, y desde esa misma lógica concebía el marxismo y el feminismo como proyectos políticos complementarios. Con el tiempo, fue consciente de que, en la práctica, todo era mucho más conflictivo: las feministas y las lesbianas radicales despreciaban el marxismo porque, según ellas, ofrecía una visión del mundo profundamente patriarcal; los marxistas, por su parte, no mostraban el más mínimo interés por intentar comprender las cuestiones de género (que consideraban una preocupación propia de las clases burguesas). En este sentido, Ken MacLeod cree que la obsesión por las políticas de identidad ha neutralizado gran parte del potencial subversivo de los movimientos de la izquierda radical contemporánea, muy especialmente en el Reino Unido. "Al poner el acento en la dimensión política de las identidades personales y colectivas, subrayó Ken MacLeod, se han fomentado inútiles dinámicas de enfrentamiento dialéctico que oponen a mujeres contra hombres, gays contra heterosexuales o negros contra blancos". A finales de la década de los 80, esta izquierda debilitada por múltiples fricciones internas, recibió un nuevo golpe: el derrumbe definitivo de los regímenes comunistas de los países de Europa del este. Un hecho histórico que, aparentemente, demostraba el fracaso absoluto de la utopía marxista. A juicio de Ken MacLeod, ese fracaso no debe hacernos olvidar que el capitalismo también se encuentra en fase terminal. Esa es la premisa sobre la que se construye la trama de los libros Fall Revolution, donde MacLeod elucubra en torno a lo que podría ocurrir si se produciese un desmoronamiento del Imperio capitalista en las próximas décadas. En su reconstrucción de la Historia del futuro, el sistema triunfante no sería el socialismo (como imaginaron Marx y Engels), sino una nueva e imprecisa cultura bárbara donde confluyen ideologías y prácticas políticas muy diferentes. Una cultura política emparentada con el actual movimiento altermundialista que, para MacLeod, representa una especie de nuevo internacionalismo con capacidad de movilizar a millones de personas en todo el planeta (como demostraron las multitudinarias manifestaciones contra la guerra de Irak). "La ciencia-ficción, señaló Ken MacLeod en la fase final de su intervención en Suturas y fragmentos, me interesa como un laboratorio experimental en el que se pueden investigar distintos futuros posibles, y de ese modo, conocer y comprender mejor nuestro presente". |