Suturas y fragmentos parte de una visión
de la ciencia-ficción como ciencia transgenérica y transdisciplinaria
que intenta re-definir el concepto de individuo y su relación con
la identidad y la sociedad. De este modo, apuesta por la formulación
de un proyecto discursivo que se oponga al pensamiento dominante, sin
olvidar que, generalmente, las obras de ciencia-ficción popular
han servido para poner en marcha dispositivos narrativos de producción
de sentido a través de los cuales el mundo occidental ha tratado
de perpetuar en el futuro, su papel de dominador (y de explotador) en
el presente. De hecho, muchas obras han utilizado referencias a las mitologías
griegas y romanas así como al imaginario judeo-cristiano (discursos
fundadores de la civilización occidental), para potenciar un miedo
irracional hacia el "otro". Un "otro ficticio" que
ha ido adquiriendo muchos de los rasgos y costumbres del enemigo específico
que en cada momento histórico ha tenido Occidente en el llamado
"mundo real".
En cualquier caso, el colectivo belga Constan vzw (que dirige este proyecto) cree en la existencia
de una ciencia-ficción que construye otro tipo de territorios narrativos,
donde se utiliza un discurso no instrumentalizado por el poder y se incorporan
escrituras múltiples y contrahegemónicas procedentes de
ámbitos culturales heterogéneos. En este sentido, los miembros
del colectivo Constant vwz, piensan que el uso de la intrusión,
del desfase y de lo incoherente en las obras de ciencia-ficción
puede lograr activar un mecanismo de resistencia al sistema que no sólo
nos alerta sobre los peligros potenciales de un futuro indefinido (próximo
o lejano, pero siempre amenazante), sino que también describe desde
una perspectiva crítica el presente.
Más allá de la visión cartesiana
que caracteriza el conocimiento científico occidental, Suturas
y fragmentos intenta problematizar la noción de individuo (de
sujeto), al que define como un cuerpo difuso y mutante, con numerosas
extensiones (físicas y virtuales) que le permiten mantener múltiples
relaciones simultáneas con los espacios que habita (la ciudad,
la galaxia, las redes cibernéticas...) y con los otros cuerpos
con los que interactúa.
Concibiendo la ciencia-ficción "como una
estrategia de transformación y de reflexión, más
que como un punto de partida o de llegada", Suturas y fragmentos
plantea que a través de ella se pueden desarrollar dispositivos
conceptuales y tecnológicos que nos permitan intervenir en la configuración
futura de las fronteras entre lo público y lo privado. Hay que
tener en cuenta que para Constant vzw, la ciencia-ficción no es
una "varita mágica" que nos ayuda a predecir el futuro
de forma más o menos exacta, sino un discurso crítico e
inventivo - y transgenérico y transdisciplinario- sobre el cuerpo,
la identidad y los territorios contemporáneos. "La ciencia-ficción
es una herramienta con un enorme potencial político, señaló
Laurence Rassell durante la presentación de Suturas y fragmentos
en la sede de La Cartuja de la Universidad Internacional de Andalucía,
porque rompe con la noción convencional de individuo y nos posibilita
analizar críticamente el presente a través de la creación
de futuros posibles".
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