Entre
el 17 y el 20 de mayo de 2004 se celebró en la sede de La Cartuja
(Sevilla) de la Universidad Internacional de Andalucía la segunda
parte de Suturas y fragmentos. Cuerpos y territorios en la ciencia
ficción, un proyecto a largo plazo que explora los intersticios
que conectan dos conceptos que comunmente se consideran opuestos: la
ciencia y la ficción. Este seminario contó
con la presencia de escritores como Ken Macleod (The Star Fraction,
The Cassini Division...) o Juan Miguel Aguilera (Hijos de
la eternidad, La locura de Dios...); mediactivistas que investigan
los territorios emergentes en los que se encuentran las tecnologías
de la comunicación (José Pérez de Lama); y profesores
universitarios interesados en diversos aspectos relacionados con la
ciencia-ficción (Catherine Ramírez, David Sánchez
Rubio y S. Sayyid). El programa del seminario se completó
con la proyección de cuatro filmes: Born in flames, Tribulation
99, Bedwin Hacker y la versión en dibujos animados
que Katsuhiro Otomo y Kintaro hicieron en 2001 del clásico de
Fritz Lang Metrópolis.
Suturas y fragmentos parte de una visión
de la ciencia-ficción como ciencia transgenérica y transdisciplinaria
que intenta re-definir el concepto de individuo y su relación con
la identidad y la sociedad. De este modo, apuesta por la formulación
de un proyecto discursivo que se oponga al pensamiento dominante, sin
olvidar que, generalmente, las obras de ciencia-ficción popular
han servido para poner en marcha dispositivos narrativos de producción
de sentido a través de los cuales el mundo occidental ha tratado
de perpetuar en el futuro, su papel de dominador (y de explotador) en
el presente. De hecho, muchas obras han utilizado referencias a las mitologías
griegas y romanas así como al imaginario judeo-cristiano (discursos
fundadores de la civilización occidental), para potenciar un miedo
irracional hacia el "otro". Un "otro ficticio" que
ha ido adquiriendo muchos de los rasgos y costumbres del enemigo específico
que en cada momento histórico ha tenido Occidente en el llamado
"mundo real".
La especie humana se debate entre el miedo y la fascinación
por lo extraño y lo desconocido, un conflicto que está en
el origen de la ciencia-ficción y que también puede apreciarse
en los relatos de viajes a países exóticos o en la literatura
orientalista. A lo largo de la Historia de la Humanidad, las situaciones
de cambio y de desplazamientos masivos, han generado problemas de convivencia
en los que emergen los sentimientos más negativos de nuestra especie:
los prejuicios, la segregación, el racismo... En la actualidad,
ya no existen barreras tecnológicas que impidan la comunicación
física entre los distintos territorios del planeta, aunque eso
no impide que pervivan, e incluso resurjan con gran virulencia, ciertas
actitudes xenófobas. Además, el mundo se enfrenta a otro
peligro: la tendencia a una homogeneización que diluye la diversidad
cultural.
Las novelas The Star Fraction (1995), The Stone
Canal (1996), The Cassini Division (1998) y The Sky Road
(1999) forman parte de un ciclo de obras en las que el escritor británico
Ken MacLeod lleva a cabo una re-creación de la historia política
de los próximos siglos a partir de una reinvención de movimientos
ideológicos y patrones organizativos contemporáneos. En
esta tetralogía de ciencia-ficción política, que
el propio autor denomina Fall Revolution books (los libros de la
Revolución de octubre o de otoño), no hay un desarrollo
narrativo lineal (al modo de las series literarias), sino que cada novela
se puede leer perfectamente de forma independiente.
Desde el clásico del romanticismo, Frankestein
(Mary Shelley, 1818) hasta obras más recientes como el Planeta
de los simios (Pierre Boulle, 1964) o ¿Sueñan los
androides con ovejas eléctricas? (Philip K. Dick, 1968), la
ciencia-ficción ha cuestionado la definición tradicional
de ser humano. Una definición que se tambalea cuando nos enfrentamos
a seres híbridos como aliens, androides, cyborgs, monstruos o máquinas
pensantes y sensibles. En sus novelas Kindred (1979), Wild Seed
(1980), Parable of the Sower (1993) y Parable of the Talents
(1998), la escritora estadounidense Octavia Butler -negra y feminista-
ha intentado reclamar la humanidad de sectores sociales que históricamente
han estado excluídos de esa categoría (y, por tanto, de
sus derechos civiles y políticos): bárbaros, esclavos, seguidores
de religiones no cristianas, homosexuales, prisioneros, pobres, mujeres...
S. Sayyid concibe la ciencia-ficción como una
dramatización del discurso político de la modernidad occidental
que diferencia entre un nosotros (científico, racional, democrático,
avanzado...) y los "otros", incapaces de progresar (tanto a
nivel tecnológico, como cultural y moral) por su propia cuenta.
Durante su intervención en Suturas y fragmentos, S. Sayyid
trató de explicar esa idea a partir de varias hipótesis
interconectadas que tenían como punto de referencia Dune,
de Frank Herbert, una saga literaria que ha inspirado multitud de películas
de ciencia-ficción, entre las que destaca el filme homónimo
que dirigió David Lynch en 1984 o la mítica trilogía
de La guerra de las galaxias. "Cada una de estas lecturas
del clásico de Herbert, subrayó S. Sayyid, se adaptan al
contexto socio-cultural e histórico en el que se realizaron, pero
en todos los casos imaginan una Historia del Futuro en la que permanece
vigente la dicotomía entre Occidente y Oriente (y, por supuesto,
el dominio final del primero sobre el segundo)".
En su intervención en Suturas y fragmentos,
José Pérez de Lama realizó un recorrido panorámico
por una serie de trabajos que ha llevado a cabo durante los últimos
años con colectivos como hackitectura.net
e indymedia estrecho.
Influido por la ciencia-ficción posmoderna que han desarrollado
autores como William Gibson (Neuromante, Idoru...), en estos
proyectos Pérez de Lama ha investigado los territorios emergentes
en los que se encuentran las tecnologías de la información
y la comunicación que, a su juicio, están re-definiendo
el espacio arquitectónico y urbano y re-configurando las nuevas
redes sociales. Junto a Pablo de Soto y Sergio Moreno, José Pérez
de Lama forma el núcleo del colectivo hackitectura.net, un término
que surge de la combinación fonética y conceptual de las
palabras hacker y arquitecto. Aplicando al terreno arquitectónico
las estrategias de los hackers informáticos, el objetivo de este
colectivo es intervenir en el espacio público para permitir que
éste sea re-utilizado por la multitud. Todo ello partiendo de la
convicción de que los arquitectos y diseñadores de la era
digital tienen que empezar a re-pensar la noción de cuerpo y su
relación con el espacio urbano.
Profesor titular de Filosofía del Derecho en la
Universidad de Sevilla y co-director del Programa de Doctorado Derechos
Humanos y Desarrollo que organiza la Universidad Pablo de Olavide
(Sevilla), David Sánchez Rubio es muy aficionado a la ciencia-ficción
desde su infancia, aunque antes de estas jornadas nunca había proyectado
esa afición a su trabajo académico. Durante su intervención
en Suturas y fragmentos trató de analizar las relaciones
entre los derechos humanos y la ciencia-ficción, partiendo de una
concepción abierta, flexible y compleja de ambos conceptos. "Si
vemos en el mundo actual, ironizó David Sánchez Rubio, lo
que se hace y lo que se dice en materia de derechos humanos, podemos comprobar
que en la mayoría de los casos nos movemos en el terreno de la
ciencia-ficción". Pero más allá de esa ironía,
los derechos humanos se pueden describir como ideales de plenitud que
se pretenden plasmar en la realidad, lo que conecta directamente con la
dimensión especulativa de la ciencia-ficción.
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