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Experiencias activismo medio ambiente. Intervención de Asociación Mesa de la Ría: Huelva. Territorio y especulación

José Pablo Vázquez y Juan Manuel Buendía (miembros de la Asociación Mesa de la Ría)En 1991, la presión ciudadana posibilitó que todos los agentes sociales onubenses (organismos institucionales, partidos políticos, sindicatos, agrupaciones empresariales...) alcanzaran un acuerdo para impulsar la "recuperación paulatina y escalonada" de los terrenos anexos a la Avenida Francisco Montenegro, un espacio conocido como Punta del Sebo o puerto interior que se encuentra situado al este del casco urbano (entre el Muelle del Río Tinto y la estatua de Cristóbal Colón) y en el que desde los años sesenta del siglo pasado se ubican numerosas instalaciones vinculadas a las industrias químicas y básicas. Este acuerdo no se materializó en ninguna iniciativa concreta y once años después diversos colectivos ciudadanos decidieron crear la Mesa de la Ría cuyo principal objetivo es devolver este territorio a los onubenses, impidiendo que se construyan nuevas fábricas en el mismo y que las que hay, una vez finalicen su ciclo de actividad, vuelvan a abrirse. Todo ello desde la convicción de que para propiciar un modelo de crecimiento económico basado en criterios de desarrollo sostenible, Huelva tiene que deshacerse de estos equipamientos industriales obsoletos y contaminantes y promover un reencuentro de la ciudad con sus frentes fluviales.

"Hay que tener en cuenta", recordó José Pablo Vázquez, integrante de la Asociación Mesa de la Ría, en el inicio de su intervención en las jornadas Sobre capital y territorio (de la naturaleza del espacio... y del arte), "que la Punta del Sebo era hasta principios de los años sesenta un espacio de ocio y esparcimiento, un lugar al que la gente iba a pasear y bañarse". Fue la política desarrollista del régimen franquista la que propició la conversión de esta zona de alto valor ecológico en un polo químico e industrial, provocando un profundo deterioro medioambiental en el entorno de la ría de Huelva. Ese deterioro ha tenido (y sigue teniendo) efectos muy negativos sobre la salud y la calidad de vida de los habitantes de esta ciudad andaluza que, como advierte Joan Benach, profesor de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, en su libro Atlas de Mortalidad en Áreas Pequeñas en España (1987-1995), es una de las localidades del Estado español en las que hay un mayor porcentaje de población con cáncer y enfermedades respiratorias y/o cardiovasculares.

José Pablo Vázquez y Juan Manuel Buendía (miembros de la Asociación Mesa de la Ría)Una de las primeras iniciativas de la Asociación Mesa de la Ría fue organizar una recogida de firmas para instar al ayuntamiento a que convocara un referéndum en el que se preguntara a los ciudadanos qué tipo de usos querían que se les diera a los terrenos de la Punta del Sebo. Más de 20.000 onubenses apoyaron esta iniciativa que, según José Pablo Vázquez, contribuyó a volver a situar en un primer plano de la actualidad el debate sobre el futuro del puerto interior. Un debate que también potenció el Primer encuentro de ciudades frente al mar que organizó en abril de 2003 el Colegio Oficial de Arquitectos de Huelva -entidad que jugó un papel clave en la creación de la Asociación Mesa de la Ría- y en el que se analizaron distintos ejemplos de recuperaciones litorales sostenibles.

En este contexto, la empresa Endesa, que según un informe del Dow Jones Sustentainability World Index es la "primera compañía eléctrica del mundo en sostenibilidad", anunció su intención de construir una nueva planta termoeléctrica de ciclo combinado en la Punta del Sebo, justo al lado de la Estatua de Colón (uno de los monumentos más emblemáticos que hay en el término municipal de Huelva). Presionado por el movimiento ciudadano que se había articulado en torno a la Mesa de la Ría -que convocó una manifestación en contra de la construcción de esta central a la que acudieron más de 12.000 personas ("la mayor movilización que se ha celebrado en esta ciudad sin apoyo institucional", aseguró José Pablo Vázquez)-, el Ayuntamiento de Huelva denegó a Endesa la licencia de obras, alegando que su proyecto incumplía las exigencias del plan general de ordenación urbana (al tratarse de una nueva fábrica y no de una remodelación de una anterior).

Endesa pidió entonces una suspensión cautelar de esa denegación de licencia. Solicitud que fue aceptada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) gracias a que la compañía manejó con habilidad unos informes oficiales en los que, basándose en los problemas de suministro eléctrico que hubo en el sur de España en el verano de 2003 (uno de los más calurosos desde que se tienen registros meteorológicos fiables), se señalaba que Andalucía occidental era deficitaria en producción de energía eléctrica. "Pero eso es falso", subrayó Juan Manuel Buendía, miembro de la Asociación Mesa de la Ría, "si hubo problemas de suministro fue porque ese verano las centrales térmicas que había en nuestra comunidad tuvieron que exportar una parte considerable de su producción energética a Francia, uno de los países más afectados por la ola de calor que sufrió Europa en agosto de 2003".

Desde entonces, según Buendía, las compañías eléctricas han utilizado ese supuesto déficit como argumento para justificar la construcción de nuevas centrales térmicas en Andalucía y enmascarar su plan de convertir la zona comprendida entre la bahía de Algeciras y la ría de Huelva en "la gran reserva energética no sólo de Andalucía, sino también de España". En Huelva, por ejemplo, con las centrales que hay actualmente en funcionamiento y las que se prevé que inicien su actividad en un plazo breve de tiempo, se generarán en torno a 3.000 megavatios (MW), mientras que la punta de consumo de la provincia apenas supera los 400 MW. De hecho, sólo la central de ciclo combinado que Unión Fenosa tiene en el término municipal de Palos de la Frontera es capaz de generar 1.200 megavatios, es decir, la cantidad aproximada de energía que consume una ciudad de 1.200.000 habitantes (casi tres veces la población total de esta provincia andaluza que no llega a los 500.000 habitantes).

Tras conseguir la suspensión cautelar de la denegación de licencia de obras, Endesa obtuvo permiso para comenzar a construir su central de ciclo combinado con la única condición de que entregara una fianza de seis millones de euros por si, finalmente, se dictaba una sentencia desfavorable para la empresa y había que demoler la instalación. "Es la primera vez que ocurre esto en España", aseguró Juan Manuel Buendía, "pues lo habitual es que se posponga la ejecución de los proyectos sobre los que pesa una medida cautelar para evitar sus posibles efectos irreparables". La central ya se ha levantado y en un gesto de descarado cinismo, con motivo de la conmemoración del cincuenta aniversario de la concesión del Premio Nobel de Literatura a Juan Ramón Jiménez, Endesa colocó en un panel que cubre la fachada del edificio un texto del autor de Platero y yo en el que habla del vergel que se ve mirando hacia Huelva desde Moguer.

Imagen de la Estatua de Cristóbal Colón de Huelva, con el Polo Químico al fondoGran parte de ese "vergel" está ahora ocupado por más de 120 millones de toneladas de residuos altamente tóxicos y contaminantes denominados fosfoyesos en lo que representa, en palabras de José Pablo Vázquez, "la depredación más salvaje de una marisma que se ha llevado a cabo en todo el continente europeo". Esos residuos se depositan en unas balsas que ya sobrepasan los 22 metros de altura y que, además de sus efectos nocivos sobre el medio ambiente y la salud de la población, impiden que se vean las localidades de Palos de la Frontera y Moguer y los lugares colombinos1. Ciertamente, un porcentaje considerable de esos residuos está cubierto por una capa vegetal de 20 centímetros, "pero eso es como si tienes una mierda en un rincón de tu casa", explicó gráficamente José Pablo Vázquez, "y la cubres con una maceta. La maceta tapa la mierda, pero la mierda no desaparece". Hay una orden ministerial que dictamina que la autorización a Fertiberia (la empresa responsable de estos residuos) para verter fosfoyeso en estos terrenos situados en el margen derecho del río Tinto caducó en el año 2003. Pero la empresa ha presentado un recurso al Tribunal Supremo y mientras éste toma una decisión, sigue lanzando a las marismas sus residuos tóxicos (a un ritmo de unos dos millones y medio de toneladas al año).

A juicio de José Pablo Vázquez y Juan Manuel Buendía, el problema que tiene Huelva con su contaminante y obsoleto polo químico e industrial no es sólo de índole medioambiental o sanitario, sino también de carácter socio-económico. "La sociedad", subrayó José Pablo Vázquez, "demanda cada vez con mayor interés e insistencia un medio ambiente mas saludable y un entorno natural menos degradado y si una ciudad quiere ser competitiva debe diversificar su actividad económica (apostando por sectores como el ocio, la cultura o el tiempo libre) y reducir al máximo el número de fábricas contaminantes que aloja en su término municipal".

En este sentido, la Mesa de la Ría considera que es necesario promover un debate público que permita consensuar "una alternativa de futuro" para Huelva antes que las empresas químicas que están instaladas en la Punta del Sebo cumplan su ciclo de vida útil y se marchen (dejando no sólo un problema medioambiental, sino también laboral). Ese futuro, según José Pablo Vázquez, pasa por potenciar la interacción de la ciudad con sus frentes fluviales (convirtiendo las rías en un elemento de comunicación entre la ciudad y los espacios naturales protegidos que hay a su alrededor), por otorgar nuevos usos "lúdicos, terciarios y dotacionales (ligados al disfrute ciudadano)" a los terrenos anexos a la Avenida Francisco Montenegro y por impedir la instalación de nuevas industrias contaminantes (o la reactivación y/o ampliación de las ya existentes) en su puerto exterior y área metropolitana. "En cualquier caso", concluyó Vázquez, "los integrantes de la Asociación Mesa de la Ría somos conscientes de que estamos ante una lucha larga y difícil en la que hay que tener la actitud de un corredor de fondo, no la de un velocista".

 

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1.- Los Lugares Colombinos son enclaves que tuvieron una especial relevancia en la preparación del viaje en el que Cristóbal Colón llegó por primera vez a América. Están ubicados en los términos municipales de Huelva, Palos de la Frontera y Moguer, y constituyen uno de los principales referentes culturales y turísticos de la provincia onubense. En la actualidad, para acceder a ellos desde Huelva es necesario pasar por una carretera que atraviesa el polo químico