La primera convocatoria de las jornadas Sobre capital y territorio (de la naturaleza del espacio... y del arte) -que se celebraron en dos sedes: Tarifa, entre el 17 y el 19 de abril; y Sevilla, entre el 20 y el 22 de junio- finalizó con una mesa redonda en la que participaron diferentes representantes de colectivos vinculados a la comarca del Campo de Gibraltar. El primero en intervenir fue Marco Almaraz, presidente de la Asociación de la Pequeña y Mediana Empresa de Tarifa (Apymeta), que aseguró que su agrupación apuesta por un turismo sostenible y contrario a la masificación que permita compatibilizar el desarrollo económico con la conservación del medio ambiente.

Para ello, Apymeta cree que es necesario limitar el crecimiento urbanístico y garantizar que las infraestructuras que se construyan, afecten lo menos posible a los distintos entornos naturales que hay en el término municipal de Tarifa. En este sentido, la asociación que preside Almaraz se opone al proyecto de construir una autovía entre las localidades de Vejer de la Frontera y Algeciras. Una infraestructura que, a su juicio, no sólo tendría un gran impacto ambiental y destrozaría el atractivo paisajístico de esta zona, sino que también es innecesaria, pues sólo serviría para aliviar los atascos que se producen durante los meses de verano en la carretera nacional que une Algeciras con las playas de Tarifa. Según Marcos Almaraz, sería mucho más beneficioso, tanto desde un punto de vista socio-económico como ambiental, promover iniciativas que posibiliten romper con la "estacionalidad" del turismo (una estacionalidad que obliga a crear equipamientos que sólo se utilizan en julio y agosto). "De este modo", señaló, "se puede fomentar un modelo de desarrollo turístico sostenible (basado en el deporte y en la naturaleza)" y evitar que el "tsunami urbanizador" que ya ha arrasado gran parte del litoral andaluz, también destruya este territorio.

Tras la intervención de Marcos Almaraz, habló Ildefonso Sena, presidente de la Junta Rectora del Parque Natural del Estrecho, un órgano consultivo pero que, hasta la fecha, ha conseguido que casi todas sus recomendaciones sean asumidas por la administración medioambiental. Creado en marzo de 2003, este parque es el más meridional del continente europeo y destaca tanto por su alto valor paisajístico y ecológico (alberga un gran número de "hábitats naturales de interés comunitario") como por su rico patrimonio histórico y cultural (incluyendo el Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, situado junto a la playa de Bolonia). Con una extensión de 19.000 hectáreas (de las que más de 9.000 son marinas), este espacio se encuentra dentro de la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo Andalucía-Marruecos que aprobó la UNESCO en octubre de 2006. "Todos aquellos que amamos este territorio", subrayó Ildefonso Sena, "debemos congratularnos de que se haya decidido crear el Parque Natural del Estrecho, pues esa figura administrativa permite mantenerlo al margen de la especulación inmobiliaria y proteger su excepcional biodiversidad".

Para proteger esa biodiversidad, el colectivo Cigüeña Negra -una asociación centrada en el "estudio, conservación y divulgación de la naturaleza en general y de las aves en particular"- cree que se debe impedir la construcción de la Autovía A-48 entre Algeciras y Vejer de la Frontera. "No hay que olvidar", advirtió Salvador Solís (miembro de este colectivo), "que el área afectada por esta autovía es un enclave de extraordinario valor ecológico que, además de albergar numerosos espacios y especies protegidas, tiene una gran importancia en las rutas migratorias que realizan millones de aves entre Europa y África todos los años". A su juicio, existen formas de evitar (o, al menos, de aliviar) los atascos que se generan puntualmente entre Algeciras y Tarifa (sobre todo, durante la temporada estival) sin que sea necesario recurrir a la construcción de esta costosa -tanto desde un punto de vista económico como ambiental- infraestructura. Por ejemplo, mejorar el trazado de la carretera nacional (N-340) que actualmente une ambas localidades, modernizar los accesos a las playas de Los Lances y Valdevaqueros o potenciar el uso de la Autovía Jerez-Los Barrios (A-381) para los desplazamientos entre la Bahía de Algeciras y la Bahía de Cádiz.

Además de participar en las actividades que se han emprendido contra la construcción de la Autovía A-48, el Colectivo Cigüeña Negra -que se fundó en 1997- también se opone a otros proyectos urbanísticos que se quieren llevar a cabo en la comarca del Campo de Gibraltar, como el complejo residencial con campo de golf del Algarrobo (que se ubicaría bajo uno de los pasillos migratorios de aves más importantes de Europa) o la urbanización de Guadalmesí (situada en una zona que linda con los parques naturales del Estrecho y de Los Alcornocales). En ambos casos, se ha solicitado la realización de nuevos Estudios de Impacto Ambiental que permitan valorar con rigurosidad el alcance de sus posibles efectos negativos sobre el entorno natural en el que se insertan.

La mesa redonda se cerró con la intervención de Antonio Vegara, miembro de la Asociación Gaditana por la Defensa y Estudio de la Naturaleza (Agaden) que también está en contra de la construcción de la Autovía A-48. En palabras de Vegara, "es una infraestructura muy cara (cada kilómetro de la Autovía Jerez-Los Barrios, por ejemplo, ha costado unos diez millones de euros), sumamente agresiva con el territorio y que terminará generando más problemas de tráfico de los que actualmente hay". Agaden considera que sería mucho más sensato apostar por el transporte ferroviario, creando líneas regulares que unan Cádiz con Algeciras y a ésta y otras localidades de la comarca del Campo de Gibraltar con las playas de Tarifa.

A juicio de este colectivo, si de verdad se quiere apostar por un desarrollo sostenible en Tarifa, es necesario redefinir la política de infraestructuras (arreglando y modernizando las que ya existen, en vez de seguir creando nuevas) y poner en marcha dispositivos de control que permitan frenar y/o racionalizar el crecimiento urbanístico (no sólo en sus áreas protegidas, sino en todo su termino municipal). También se tendrían que buscar nuevos modos de aprovechar las distintas potencialidades de este territorio, una oportunidad que, en gran medida, se ha perdido al no crearse instalaciones industriales para la transformación del atún, el corcho o el voraz (tres "productos" característicos de esta zona).

Finalmente, Antonio Vegara señaló que Agaden reclama que se le dé un "uso público" a la Isla de las Palomas, el punto más meridional de Tarifa (y, por tanto, de la península ibérica y del continente europeo) y uno de los lugares más emblemáticos de esta localidad gaditana, tanto por su valor ecológico y paisajístico como histórico y arqueológico. Para Agaden ese uso público debe estar vinculado a actividades de carácter pedagógico, cultural o ambiental y no implicar la construcción de nuevas edificaciones (se pueden reutilizar las que ya existen), ni la apertura de establecimientos turísticos que ofrezcan alojamiento. "En cualquier caso", subrayó, "lo más urgente es que el antiguo acuartelamiento militar que hay en esta isla deje de funcionar como una extensión del Centro de Internamiento de Extranjeros de Algeciras".