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Experiencias activismo territorio. Intervención de Esteban de Manuel: Diseño de procesos de gestión social del hábitat: Jnane Aztout_Larache |
En Marruecos se ha puesto en marcha un programa estratégico llamado Visión 2010 con el que, entre otras cosas, se quiere propiciar una reactivación económica mediante la creación de grandes infraestructuras y de una serie de enclaves turísticos de nueva planta (que contendrán fundamentalmente viviendas de segunda residencia) que, al modo de parques temáticos, reproducen la arquitectura y la trama urbana de las ciudades históricas de este país norteafricano. En paralelo a este programa, se ha iniciado un "plan nacional de lucha contra el hábitat insalubre" denominado Villes sans Bidonvilles que pretende erradicar todos los asentamientos de chabolas que hay en Marruecos, otorgando a sus habitantes microcréditos para que, respetando un conjunto de estándares urbanísticos, construyan viviendas con "materiales nobles". En muchos casos, esto supondrá la eliminación de los asentamientos "mejor situados" (para especular con el suelo), el derribo de viviendas de autoconstrucción que, tras un adecuado proceso de rehabilitación, podrían conservarse o el realojo de muchos vecinos en lugares con los que no tienen ningún vínculo afectivo. Esteban de Manuel, profesor titular del Departamento de Expresión Gráfica Arquitectónica de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla, considera que el principal problema de este plan es que intenta luchar contra la pobreza limitándose a actuar sobre su materialización física -las chabolas- y sin tener en cuenta el potencial social y cultural que hay en estos barrios informales. No obstante cree que representa un marco institucional que, más allá de sus limitaciones, permite desarrollar ciertos procesos de transformación urbana y social recurriendo a metodologías de investigación/acción participativa. Al menos esto es lo que está intentando la ONG-D universitaria Arquitectura y Compromiso Social (ACS) que, en cooperación con los grupos de investigación de la Universidad de Sevilla ADICI (Aula Digital de la Ciudad) y GIEST (Grupo de Investigación Estructuras y Sistemas Territoriales), ha encontrado en este plan una plataforma para promover un proyecto de reurbanización de un barrio de chabolas de Larache llamado Jnane Aztout. Un proyecto de inequívoca vocación multidisciplinar que ha contado con la asesoría de Juan Ojeda Rivera (Catedrático de Geografía Humana de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla) y de dos prestigiosos arquitectos latinoamericanos (Carlos González Lobo y Víctor S. Pelli) y en el que, además de los vecinos del barrio (agrupados en una cooperativa), han participado más de cien personas. "En todo momento", señaló Esteban de Manuel, "hemos sido conscientes de que nos enfrentábamos a una problemática compleja que debía abordarse desde una óptica multidisciplinar y asumiendo que, a día de hoy, existe una profunda interrelación e interdependencia entre lo local y lo global". En este sentido asegura que en la propuesta de intervención en Jnane Aztout se han aplicado muchas de las ideas planteadas por la teoría de la complejidad. Por ejemplo, el principio holográmico y de recursividad (desarrollado por Edgar Morin en su libro La mente bien ordenada), según el cual en toda organización compleja, "no sólo la parte se encuentra en el todo, sino que también el todo está inscrito en la parte". Así, se puede analizar la situación actual de Larache (proliferación de barrios de chabolas ligados a procesos migratorios, revalorización del suelo por el desarrollo de iniciativas turísticas...) como si fuera una especie de "microuniverso" en el que se reproducen a pequeña escala algunas de las principales problemáticas y potencialidades que hay a nivel global. Desde un punto de vista teórico, el proyecto también ha estado articulado en torno a una serie de tríadas conceptuales. Hay que tener en cuenta que el triángulo es una figura geométrica que, en palabras de Esteban de Manuel, "constituye una de las expresiones básicas de la complejidad", pues sus extremos o vértices se pueden relacionar entre sí de múltiples formas, dando lugar a versiones distintas del mismo objeto: triángulo equilátero, isósceles, escaleno, acutángulo, obtusángulo, rectángulo... Una de estas tríadas conceptuales alude a la interrelación que se establece entre el arquitecto (y, por extensión, cualquier profesional técnico), el príncipe (esto es, el conjunto de instancias vinculadas al poder político, económico y religioso) y el pueblo. "En el proceso que hemos puesto en marcha en Larache", aseguró Esteban de Manuel, "nuestro principal objetivo estratégico ha sido que el triángulo 'pueblo-arquitecto-príncipe' (que suele estar muy desequilibrado en perjuicio del primer elemento de la tríada, es decir, del pueblo) se convirtiera en un 'triángulo equilátero', posibilitando a los vecinos de Jnane Aztout negociar directamente con la administración el futuro de su barrio". El proyecto también ha estado guiado por la búsqueda de una interrelación compleja entre las tres funciones básicas de la universidad -educar, investigar y transferir conocimientos para transformar la realidad- y las tres dimensiones esenciales de la ciudad: la "urbs" (su forma física), la "civitas" (su sustrato cultural) y la "polis" (su potencialidad política, su capacidad de crear "ciudadanía"). Todo ello desde la convicción de que el objetivo fundamental de la arquitectura no es crear objetos bellos y/o técnicamente impecables, sino poner en marcha procesos de transformación que permitan recuperar la dimensión política de la ciudad (propiciando que los ciudadanos participen de forma activa en la toma de decisiones y en la gestión de los asuntos públicos). "Cuando intervenimos en este tipo de proyectos", subrayó Esteban de Manuel, "no somos (ni debemos ser) neutrales, sino que tenemos que poner nuestros conocimientos técnicos al servicio de una acción transformadora, estableciendo alianzas estratégicas con aquellos agentes locales -individuales y colectivos- que estén comprometidos con la mejora de las condiciones de vida de sus conciudadanos". El trabajo que está realizando Arquitectura y Compromiso Social (ACS) en Larache conecta con distintas iniciativas que este colectivo ha llevado a cabo desde que se fundó en 1993. En Sevilla, por ejemplo, ACS ha organizado una serie de seminarios y talleres de "apoyo técnico" que, entre otras cosas, han servido para impulsar la creación de la Red Ciudadana "La Sevilla que queremos" (cuyo objetivo fundamental es fomentar "un modelo de ciudad más habitable y sustentable social, medioambiental y económicamente") y para ayudar a distintos colectivos vecinales a elaborar sus alegaciones al Plan General de Ordenación Urbana. En la misma línea se encuadran algunos de los proyectos de cooperación internacional que esta ONG ha realizado en países como Perú, Brasil o Nicaragua. El primer acercamiento directo a la realidad de Larache (una ciudad que hasta la fecha ha permanecido relativamente al margen de los circuitos turísticos y en la que casi el 40% de su población vive en bidonvilles) se remonta a febrero de 2005, cuando organizaron un seminario formativo para alumnos de la ETS de Arquitectura de la Universidad de Sevilla y entraron en contacto con M. Youssef El Mrabet (asesor de la Delegación del Ministerio del Hábitat del gobierno marroquí, un personaje que ha tenido un papel clave en todo este proceso). En esa primera "inmersión" visitaron algunos de los asentamientos de chabolas que hay en la ciudad (entre ellos, Guadalupe, donde viven más de mil familias) y contactaron con el movimiento asociativo larachí. En colaboración con el arquitecto mexicano Carlos González Lobo, en julio de 2005 organizaron un taller para analizar las problemáticas y oportunidades de Jnane Aztout, un barrio de pescadores que está situado cerca de la Medina de Larache, en una zona alta desde la que se divisa el puerto. Es, por tanto, un espacio potencialmente atractivo para una reurbanización de carácter especulativo y donde además el actual alcalde de Larache tiene intereses inmobiliarios. Los vecinos siempre han sido conscientes de esta "amenaza" y ya en este primer taller señalaron que su principal "debilidad" radicaba en el hecho de que no eran propietarios del suelo que ocupaban, por lo que no se atrevían a invertir sus ahorros en la mejora de sus viviendas. Tras esta fase de toma de datos y de conexión con agentes locales, entre julio y noviembre de 2005 se elaboró en el marco de un programa de intercambio entre la ETS de Arquitectura de la Universidad de Sevilla y la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma y Nacional de México un documento técnico en el que, además de realizar un diagnóstico de la situación en Jnane Aztout, ya se incluía una propuesta inicial de intervención. "Este documento", explicó Esteban de Manuel, "ha sido clave para la materialización del proyecto, pues al demostrar que nuestra propuesta de intervención era técnicamente viable, nos dio mucha fuerza para negociar con las autoridades". En dicho documento ya se formulaba la tesis en torno a la cual se ha articulado el proyecto de intervención en Jnane Aztout: es necesario acometer una profunda transformación del barrio, pero ésta se debe realizar a partir de lo construido (no haciendo tabula rasa), garantizando la permanencia de todos los vecinos y reforzando la estructura social y cultural existente (que, en palabras de Esteban de Manuel, "es de una riqueza extraordinaria"). Es decir, se debe mejorar la urbs sin que se pierda la civitas, aprovechando la trama urbana actual -que, por su configuración, podría derivar en la gestación de una futura Medina1- y propiciando una regeneración progresiva de las viviendas (que, a pesar de su precariedad, suelen ser muy acogedoras y reproducir la distribución espacial de las casas populares marroquíes). Todo ello desde la convicción de que el proceso de transformación se tiene que concertar con los vecinos para adaptarlo a sus posibilidades (sin imponer plazos que les sea muy difícil cumplir) y aprovechar su capacidad de autogestión. Entre febrero y agosto de 2006 se celebró un nuevo seminario formativo, se realizó el levantamiento de la mayor parte de las casas del barrio, se grabaron dos vídeos (Aprendiendo de Larache e Historias de fronteras), se desarrollaron una serie de talleres temáticos -baile, fotografía, cocina...- que posibilitaron una transferencia mutua de conocimientos, se llevaron a cabo actuaciones musicales y teatrales conjuntas y se firmó un convenio de colaboración entre Arquitectura y Compromiso Social y la cooperativa de vecinos de Jnane Aztout. Entretanto, con la ayuda del arquitecto argentino Víctor S. Pelli, se siguió diseñando la estrategia técnica y política y se analizó cómo habían cambiado (y cómo podían cambiar aún más) las amenazas, debilidades, oportunidades y fortalezas que tenían los vecinos en este proceso. Gracias a la implicación activa de los vecinos, en esta fase también se logró elaborar un censo de la población del barrio, un trabajo que les permitió desmontar la tesis del Ministerio del Hábitat de que para llevar a cabo el proyecto de regeneración de Jnane Aztout había que reducir el número de familias que vivía en este asentamiento. "El gobierno decía que eran doscientas", recordó Esteban de Manuel, "pero nosotros demostramos con datos fiables que no había más de noventa y que, por tanto, no sobraba ninguna. Este hecho refleja que la combinación de conocimiento y autogestión puede tener un gran potencial transformador". Todos estas acciones e iniciativas fueron configurando un panorama muy favorable para la protección de los intereses de los vecinos de Jnane Aztout, pero faltaba un elemento fundamental: el acuerdo con las distintas instancias políticas y administrativas que garantizaban la legalidad y viabilidad económica del proyecto de reurbanización que se proponía. Finalmente se alcanzó, aunque hubo flecos -financiación, negociación con el alcalde...- que no se cerraron hasta enero de 2007 (que era la fecha límite para comenzar las actuaciones). En abril de 2007 -que fue cuando Esteba de Manuel presentó esta experiencia en el marco de las jornadas Sobre capital y territorio (de la naturaleza del espacio... y del arte)-, ya se había decidido la composición definitiva de la mesa de seguimiento (que cuenta con representación de los distintos agentes sociales, académicos e institucionales que han intervenido en el proyecto) y se había puesto en marcha la oficina encargada de coordinar a nivel técnico el proceso de urbanización y de mejora progresiva de las viviendas de Jnane Aztout.
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